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El misterio del «Loco de la Ruta»: doce prostitutas desaparecieron o fueron asesinadas en Mar del Plata y nada se supo del autor

Varios sospechosos fueron detenidos e incluso se relacionó estos homicidios con una mafia compuesta por criminales comunes y policías. Sin embargo, todos fueron absueltos por falta de pruebas y en la actualidad, ninguno de los asesinatos fue esclarecido

Por: Gastón Marote/ NA 

El asesinato y la desaparición de un total de 12 prostitutas en Mar del Plata, entre 1996 y 1999, es uno de los tantos misterios de la historia criminal argentina, ya que hubo varios detenidos, pero a ninguno de ellos se los pudo vincular con estos homicidios.

Los medios de prensa bautizaron al autor de estos crímenes como «el Loco de la Ruta», aunque se desconoce si fue uno o varios los autores de estas muertes violentas.

Los cadáveres aparecieron al lado de las autopistas -por eso el apodo- con signos de violación, mutilación y hasta en algunos casos con palabras escritas con objetos cortantes.

Varios sospechosos fueron detenidos e incluso se relacionó estos homicidios con una mafia compuesta por criminales comunes y policías. Sin embargo, todos fueron absueltos por falta de pruebas y en la actualidad, ninguno de los asesinatos fue esclarecido.

El 29 de noviembre de 1995, a un lado de la Ruta Provincial 55 se halló el cuerpo de María Esther Amaro, una prostituta de 35 años. Esta mujer fue estrangulada y le habían escrito la palabra «puta» en la espalda con un objeto cortante, presumiblemente un cuchillo.​

El 1 diciembre de 1996 apareció estrangulada y desnuda Adriana Jaqueline Fernández, bajo un puente en la Ruta Nacional 226. Esta mujer era una artesana uruguaya, tenía 27 años y ejercía la prostitución. El ex novio de la víctima, quien ya había cumplido una condena por un asesinato, apareció como sospechoso pero no se encontraron pruebas para inculparlo.

El 21 de enero de 1997 la Policía Bonaerense encontró a lo largo de la Ruta Provincial 88 un torso y dos brazos pertenecientes a Viviana Guadalupe Espinosa, una prostituta de 26 años.

El 13 de mayo de 1997, también en la Ruta Provincial 88, se encontró el cuerpo de Mariela Elizabeth Giménez, prostituta de 27 años. Este cuerpo no tenía brazos y sus glúteos presentaban cortes similares a los encontrados en el cuerpo de María Esther Amaro. Esta mujer había sido sofocada hasta la muerte.

El último homicidio adjudicado al «Loco de la Ruta» sucedió el 20 de octubre de 1998, cuando aparecieron las piernas de María del Carmen Leguizamón, de 25 años, también en la Ruta Provincial 88, cerca del Barrio Las Heras. Como detalle particular, el resto de cuerpo nunca fue encontrado.

Entre el 21 de julio de 1997 y 1999 desaparecieron siete prostitutas: Ana María Nores, Patricia Angélica Prieto, Silvana Paola Caraballo, Claudia Jacqueline Romero, Verónica Andrea Chávez, Mirta Bordón, y Sandra Villanueva. Todos estos casos, al igual que los crímenes, también fueron adjudicados al «Loco de la Ruta».

En aquel momento, el Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense dispuso una recompensa de 30.000 pesos para quienes pudieran aportar información para dar con el asesino serial. Como no hubo novedad, decidieron elevar la suma a 300.000 pesos.

En 1997 la Policía bonaerense creó una «División de Homicidios Seriales» y se comunicaron con la Agencia Central de Inteligencia (FBI) para pedir asesoría en el caso.​

De acuerdo al relato de algunos testigos, señalaron que Nores (desaparecida) y Amaro (asesinada) fueron vistas abordar un Ford Galaxy bordó antes de los hechos que sufrieron. Asimismo, describieron al supuesto asesino como un hombre de unos 45 años, robusto, calvo y rubio.

El 26 de junio de 1997, la Policía secuestró el Ford Galaxy bordó de José Luis Andújar, dueño de una discoteca situada en la Ruta Provincial 88.

Luego de tres días de peritajes al vehículo, se descubrieron en la alfombra restos de sangre y cabellos de color negro. Los mismos eran de origen humano, pero nada tenían que ver con las desapariciones y crímenes de estas prostitutas.

El 14 de enero de 1999 desapareció Verónica Andrea Chávez, de 25 años, cuando iba a su trabajo como guardarropa de un local bailable en Mar del Plata, más allá que también era prostituta. Días más tarde, se encontró dentro de su casa una agenda con los nombres y teléfonos de sus clientes regulares, entre los que había policías y políticos, incluyendo el fiscal Marcelo García Berro.

El juez Pedro Hooft, encargado de la causa del «Loco de la Ruta», ordenó interceptar todos los teléfonos registrados en la agenda e investigar los registros de llamada del prostíbulo Salta 1337, situado en el barrio marplatense de La Perla, donde trabajaron al menos tres de las doce victimas (Nores, Chávez y
Carcaballo).​

El 9 de agosto de 1999, el juez Pedro Hooft ordenó la detención de diez policías y cuatro civiles, acusados formalmente de desaparecer a Nores, Chávez y a Paola Carcaballo. Asimismo, fueron investigados por los otros casos, ya que había pruebas que os podían vincular a esas causas.

Esta banda habría estado liderada por el suboficial Alberto Adrián Iturburu y protegida por el fiscal García Berro. De acuerdo a la investigación, se encargaban de extorsionar a las prostitutas obligándolas a pagar 100 pesos con el fin de darles protección y dejarlas ejercer su trabajado, y, en teoría, a
las que no pagaban o querían salir del trato, las asesinaban.​

Sin embargo, nunca pudieron ser relacionados estos sospechosos con las tres desapariciones ni con las demás muertes del «Loco de la Ruta». Por lo tanto, los miembros de esta banda fueron absueltos en 2004.

Detalle de todos los sospechosos.

Alberto Adrián Iturburu, Marcelo García Berro y la «mafia policial»: fueron llevados a juicio por la desaparición de Ana María Nores, Verónica Andrea Chávez y Silvana Paola Carcaball, pero en 2004 fueron exonerados por falta de pruebas.

Héctor Julián Barroso: almacenero que fue condenado a 30 años de prisión por asesinar a dos prostitutas en 2003 y 2004. Al tener esos antecedentes se lo vinculó a estos homicidios, pero no hubo pruebas que pudiera relacionarlo.

Guillermo Moreno: criador de cerdos y pareja de María Esther Amaro al momento de su desaparición. Fue llevado a juicio, pero fue declarado inocente en 2003 y absuelto de todos los cargos.

Margarita Di Tullio: conocida como «Pepita la pistolera», fue una ladrona, narcotraficante y proxeneta, dueña de dos prostíbulos en la provincia de Buenos Aires. Se la relacionó porque cinco de las prostitutas asesinadas trabajaban para ella.

José Luis Andújar: dueño de la discoteca «Jardín Boliviano» situada en la Ruta Provincial 88, lugar donde aparecieron muertas o desaparecieron varias de las victimas. La Policía secuestró su automóvil, un Ford Galaxy bordó, ya que según el relato de testigos era el rodado en el que se vio entrar a varias de las víctimas antes de aparecer asesinadas o de perderse su rastro. Restos de sangre y cabellos negros fueron hallados dentro del vehículo, pero no tenían que ver con estos homicidios.

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