Por Enrique Genovar
Una derrota siempre duele. Pero una tan abultada mucho más. Central nunca estuvo en partido y recibió un cachetazo de River. Fue 4-0, pero la diferencia pudo ser mayor. El 5-3-2 de Ariel Holan fracasó ante un rival que hizo lo que quiso en todo el partido. Una presentación con adjetivo de papelón fue la que tuvo el Canalla en el Monumental. Una durísima caída que no hace más que profundizar aún más el pésimo año deportivo.
Un revés merecido. Por la inoperancia que mostró Central desde el principio hasta el final del partido. Una caída que deberá ser tomada como algo que no deberá ocurrirle nunca más al entrenador. Un esquema de juego que solamente se podrá pensar si previamente se entrena con abundancia y no con un par de prácticas.
Broun y una gran atajada a Echeverri. Fatura y una buena respuesta ante un remate de Villagra. Otra vez el arquero canalla luciéndose, esta vez tras imponerse en un mano a mano con Solari. Y cuando parecía que se llegaba al descanso con un punto apareció la definición de Solari para darle el 1-0 al Millonario, un gol que llegó tras un mal retroceso canalla. Así fue el primer tiempo, sufrido de principio a fin.
Es que el equipo de Holan solamente se pudo defender. Intentó ocupar bien los espacios, eso sí. Pero fue doblegado por un rival que se impuso en todos los sectores del campo de juego y no aumentó la diferencia solamente por la buena tarea que tuvo el capitán auriazul durante los primeros 45 minutos.
En ataque Central hizo muy poco. No remató ni siquiera una vez. Solamente un buen centro de Giaccone y un par de corridas, pero todas ellas muy lejos del arco de Armani quien fue un espectador privilegiado de lo que sucedió en los primeros cuarenta y cinco minutos en el Monumental.
Fue un monólogo de los de Gallardo. Es que el equipo de Holan sólo se dedicó a cuidar el punto con que se empieza el partido. Y tanto antes como después de perderlo no tuvo con qué ni supo cómo elaborar alguna jugada con algo de riesgo para el arco de enfrente.
Para el complemento Holan decidió dejar en el vestuario a Duarte y a Ruben por Solari y Copetti, respectivamente; y Giaccone lo mandó arriba para que haga dupla con el chaqueño. Y de arranque, se paró unos metros más adelante en el campo de juego. Esas buenas intenciones no duraron más de diez minutos, ya que River volvió a hacerse de la pelota y comenzó a manejar la pelota aunque sin la profundidad del primer tiempo.
Tras el primer cuarto de hora Gallardo movió el banco y minutos después Borja liquidó el partido mucho antes de tiempo. Central no pudo hacer nada cuando el juego estaba igualado y menos cuando la diferencia de dos después fue de tres por otro gol de Solari.
Sobre el final llegó el cuarto del local, pero sólo sirvió para las estadísticas. Central pateó un tiro neto al arco en todo el partido. Sufrió el juego de principio a fin. Holan fracasó en lo que diseñó. Terminó así un torneo en condición de visitante donde solamente ganó tres partidos de los catorce que disputó, toda una muestra del año que cerrará el fin de semana que viene ante Belgrano en el Gigante.