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«El motor no agarra, no puedo terminar la ropa»

Para los investigadores, así le reprochó Zacarías a su proveedor la calidad del producto entregado. Al otro día fue detenido en Las Achiras al 2500. Se incautó acetona –precursor indispensable para transformar la pasta base– junto a 300 kilos en clorhidrato de cocaína

La jornada de juicio oral en los tribunales federales de Rosario comenzó este miércoles alrededor de las 9 con la lectura de la requisitoria de elevación a juicio.

En marzo de 2013 hubo una pesquisa a un búnker de Boedo y Ghiraldo, en barrio La Cerámica. La justicia federal tenía en la mira a Olga Beatriz «Tata» Medina, a quien señalaban como la encargada de esa boca de expendio de estupefacientes. Los investigadores federales comenzaron a seguir la cadena de responsabilidades y encontraron que hacía poco tiempo que la Tata había pasado la titularidad de un Chevrolet Spark a David Zacarías. El empresario sanlorencino ya contaba con antecedentes por infracción a la ley de drogas 23.737. Fue en ese marco que el magistrado Carlos Vera Barros habilitó la intervención de los teléfonos celulares de los sospechosos a pedido del entonces fiscal federal Juan Patricio Murray.

Pasaron seis meses y el 3 septiembre de 2013 los pesquisas dieron con la información que necesitaban. David llamó a Hugo Silva –encargado de proveer de precursores químicos junto a sus sobrinos Alfredo y Javier– y le pidió 2.000 litros de gasoil (luego se descubrió que ese era el nombre con que llamaban a la acetona). El proveedor se presentó en la empresa Alconar, en la localidad de Grand Bourg, provincia de Buenos Aires, y retiró 50 bidones de 20 litros del precursor. Al otro día, David viajó a Don Torcuato para buscar la acetona. Pagó 340 mil pesos, subió el cargamento en una Volkswagen Amarok y manejó en dirección a Rosario. En un estacionamiento de Circunvalación y Córdoba se encontró con su hijo Joel, que llegó en una Ford Ranger, y con su esposa Sandra Marín, quien manejaba una Toyota Rav. Zacarías se subió a esa Toyota y le dejó la Amarok a Sandra. La esposa se fue directo a Funes y se puso a “cocinar la pasta base” en la planta baja del chalet de Las Achiras 2528, según la acusación.

Pasaron unas horas y los Silva recibieron una nueva llamada de David: “El motor no agarra, no puedo terminar la ropa”. Para los investigadores, así le reprochó Zacarías a su proveedor la calidad del producto entregado.

En menos de 24 horas, Zacarías fue detenido en Las Achiras al 2500. Tras el megaoperativo de las fuerzas federales, se incautaron la acetona –precursor indispensable para transformar la pasta base– junto a 300 kilos en clorhidrato de cocaína cuyo valor en el mercado era de 40 millones de pesos, los cuales fraccionados ascendían a 60.

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