El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Donello, competirá en las Paso como diputado provincial en la lista “Llegó la hora”, encabezada por Lucila De Ponti. Consideró fundamental la representación gremialista para que los trabajadores tengan “una puerta abierta en la Legislatura”. Destacó la necesidad de llevar con urgencia al debate políticas que acompañen a pequeñas industrias y el tema tarifas. Impulsado por su participación en iniciativas para la producción local, y animado por sus compañeros de gremio, decidió formar parte activa de la escena política. “Los gremialistas dejamos los lugares donde estábamos para ir a defender los derechos que teníamos que defender”, sostuvo. Destacó la presencia del ex presidente de Federación Agararia, Omar Príncipe en tercer lugar de la lista, con quien comparten la intención de “trasladar el reclamos de los trabajadores”. Enfatizó en la necesidad de que gremialistas se involucren con este contexto económico y social, ya que “los espacios que deja uno lo ocupan otros”.
—¿Qué pueden aportar gremialistas a la representación política en la Legislatura?
—Si tenés un político en estos lugares, podés encarar los problemas de otra manera. Con Eduardo Toniolli estuvimos siempre en la pelea por los puestos de trabajo, en casos como el de Mefro Wheels, el compre local, con las carroceras, ahí nace la relación con el Movimiento Evita. Esos casos generaron un acercamiento y una amistad. Así, junto con Silvana Teisa, delegada de la UOM, llegamos a integrar esa lista. Ella para concejala y yo como diputado. Queremos llegar para que los trabajadores tengamos voz a nivel local y provincial.
—¿Cuál es el objetivo primordial de quienes integran la lista?
—La intención es trasladar el reclamo de los trabajadores, somos gente que militamos en distintos sectores, somos referentes de distintos sectores. Pasa también con Omar Príncipe, que estuvo en Federación Agraria Argentina (FAA) y ahora está integrando la lista. Somos gente que estamos en cada uno de sus sectores defendiendo a los trabajadores. Conmigo los trabajadores van a tener una puerta abierta en la legislatura para cualquier problema.
—¿Falta esa representación ahora?
—Los gremialistas dejamos los lugares donde estábamos para ir a defender los derechos que teníamos que defender. Hoy a nivel nacional el gobierno tiene la intención de reformar la ley laboral y no puede gracias a compañeros que ocupan bancas importantes y que están en contra de eso, pero todavía son pocos los compañeros del movimiento obrero en esos lugares. A los trabajadores les puede costar mucho que un legislador no los defienda en puntos clave, el movimiento obrero tiene que recuperar los espacios políticos. Hay que hacer autocrítica y recuperar esos lugares. La situación amerita que hagamos eso.
—¿Cuál es la autocrítica que deben hacer los gremios?
—En la calle nos estamos encontrando, eso lo veo muy positivo, pero falta un poco más para poder unir a la gran mayoría. Veo difícil que lleguemos a unir al 100% porque a veces hay intereses que no lo permiten, los egos, o la ambición llevan a que no lo logremos. Pero creo que vamos camino a que una gran parte del movimiento obrero, por lo menos a nivel local, se una.
—¿Y a nivel nacional?
—Ahí hay que hacer una autocrítica más fuerte, hoy veo muchos que quieren ir a paro. Yo como gremio industrial si paro con la actividad parada al 50%, ¿a quien le hago paro?, ¿al trabajador o al empresario? Las medidas de fuerza tienen que ser contundentes. Yo veo gremios queriendo llevar medidas de fuerza, en algunos casos con justa razón y en otros casos por conveniencia, pero también tengo memoria de que a muchos de esos gremios los vi en 2015 inaugurando un busto de Perón con Macri. Yo soy peronista y no cambio mi bandera, tenemos que tener memoria, y de ahí avanzar. Una bronca con alguien no te puede hacer cambiar de bando, acá importan los objetivos políticos.
—¿Cuál es hoy el principal reclamo de los trabajadores?
—Que hay que cuidar la industria nacional. Un país no tiene futuro sin industria ni tampoco sin un salario digno. Y un país no tiene futuro sin tecnología. Se viene la cuarta revolución industrial con la tecnología 4.0 y eso está a pocos años, Argentina tiene que estar a la altura. Terminamos un 2018 muy malo y empezamos un 2019 peor. Realmente no vemos un horizonte que pueda cambiar o que el gobierno vaya a cambiar el plan económico. Eso preocupa porque si no hay consumo no se produce, y si no se produce no hay mano de obra, y si no hay mano de obra hay despidos y suspensiones, o cierres de empresas. Cuando cierra una Pyme, no abre más.
—¿Cuánto va a costar salir de la recesión?
—Lo primero que tenemos que hacer es frenar la caída, a partir de ahí hay que arrancar. No va a ser fácil, porque al gobierno que venga le están dejando una deuda tremenda. El gobierno que venga va a tener que juntar a todos los sectores políticos de Argentina, a los gremios, a la iglesia, a movimientos sociales, hablarlo bien y acompañar al presidente que asuma para decirle al fondo que la deuda no la vamos a pagar con el sacrificio del pueblo. Si argentina no crece, no vamos a poder pagar, así que el FMI va a tener que escuchar. Acá hay que velar por los niños, los jubilados, gente que la está pasando muy mal. No queremos perder otra generación como en el 2001.