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El Mundial perdido: la ley de humedales llegó a la final pero suspendieron el partido sin fecha

Las quemas en el Delta continuaron este 2022 en el que, otra vez, una norma de presupuestos mínimos para proteger esos ecosistemas quedó dormida en el Congreso. Poderosos lobbyes y una falsa oposición entre cuidado del ambiente y producción por un lado, organizaciones civiles por el otro

«Se termina el año y el proyecto de Ley de Humedales no tiene siquiera fecha de tratamiento en el recinto». Así comienza el repaso que la Multisectorial Humedales de Rosario difundió sobre un 2022 en el que, de nuevo, se impidió la aprobación de una norma federal de presupuestos mínimos que rijan las actividades, conservación y uso del suelo de los territorios argentinos marcados por la lógica del agua, ricos en biodiversidad y que ofrecen numerosos servicios ecosistémicos. No sólo el Delta del Paraná, devastado por las quemas desde el inicio de la pandemia, sino otros como los salares del norte, codiciados ahora por la minería del litio. Quienes se oponen a los proyectos reguladores instalaron que la protección del ambiente conspira contra la producción. Quienes lo defienden responden que a corto plazo no habrá producción posible si no se cuidan los territorios.

Lo que sigue es el resto del balance de la Multisectorial Humedales:

El Delta arde sembrado de maquinarias, terraplenes, cazadores furtivos, construcciones ilegales, fiestas electrónicas, fumigaciones y desmontes.

A nivel país, el territorio está siendo saqueado, destruído, explotado y/o envenenado con una irracional y total negación de la finitud geofísica de nuestro planeta. En un contexto alarmante de crisis climática y pobreza endémica, los grupos concentrados de poder hacen y deshacen a su antojo, dentro de un modelo de país diseñado por traidores
que se hacen llamar representantes.

Los cambios en el uso de suelo a favor de la megaminería, el monocultivo, la expansión ganadera e inmobiliaria, la explotación forestal y la obtención de hidrocarburos son cambios que, sepámoslo, destierran derechos humanos
básicos como el acceso al agua, al aire limpio, al alimento y a la salud.

Que el Delta arda en este contexto no es falta de control, de coordinación o de recursos. Es una decisión política.
Se han destinado millones de pesos al combate y prevención de incendios que a la fecha continúan aconteciendo, escenario anticipado y denunciado. Lo que se necesita es legislación, control y un modelo de país acorde a la conservación de los ecosistemas y la salud humana.

Los proyectos

El día 10 de noviembre se dictaminaron en el Anexo del Congreso de la Nación dos proyectos de Ley de Humedales.
Los lobbies redactaron su propio proyecto, y lo dictaminaron por mayoría. Un proyecto completamente regresivo, que no reconoce el valor intrínseco de los humedales ni resguarda sus características ecológicas.

Los mismos que desde hace años vienen oponiéndose a una ley que proteja los humedales, ahora redactan, presentan y dictaminan un proyecto a su medida. Por el contrario, el proyecto dictaminado por minoría sí nos permite pensar un escenario de protección y restauración. Necesario aclarar, sin embargo, la urgente revisión de ciertos puntos que resultan contrarios a los objetivos de la ley, pero que saldados pueden habilitar un futuro verde y posible.

Santa Fe en deuda

Mención aparte el accionar del gobierno santafesino. Omar Perotti jamás reglamentó la Ley de Humedales provincial, posiblemente por tener las garras puestas en los humedales del norte. La legislatura provincial jamás sancionó la Ley de Agrotóxicos, a pesar de los muertos y los enfermos. Tampoco respaldó una Ley de Fomento a la Producción Agroecológica, que bien podría pintar otro horizonte. Uno que evidentemente no interesa en lo más mínimo.

La esperanza está en las organizaciones

Y así despedimos un año por demás complejo. Brindamos por la perseverancia de las comunidades a la hora de luchar por un destino común. Por la sanción del proyecto de minoría, cambios mediante, y por su urgente puesta en práctica. Y un inmenso agradecimiento a los siempre presentes. A las comunidades, a los movimientos socioambientales, a los medios de comunicación, a la ciencia digna, a los sindicatos, y a aquellas personas dentro del ámbito de la política que todavía se la juegan a favor del pueblo. A todos, ¡FELIZ 2023!

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