Nuevos brotes de coronavirus se han registrado en todo el mundo, mientras los gobiernos tratan de equilibrar la reapertura de sus economías con la necesidad de evitar una segunda ola de contagios, y la cifra de muertes a nivel global se acercaba este miércoles, imparable, a las 300.000, a cinco meses y medio del surgimiento de la enfermedad en China.
En la ciudad de Wuhan, donde en diciembre pasado comenzó el brote original que se tornó pandemia, las autoridades iniciaron un test masivo a sus 11 millones de habitantes, como parte de un programa que durará diez días, luego de que la urbe del centro de China registrara un pequeño rebrote de seis nuevos casos entre sus residentes.
En tanto, en América latina, que amenaza con convertirse en uno de los epicentros de la pandemia a medida que se acerca el invierno, Chile decretó este miércoles la una cuarentena total en todo el Gran Santiago a partir del viernes, luego de registrar un récord diario de 2.660 nuevos casos. Los contagios aumentaron así un 60% en 24 horas y alcanzaron los 34.381 detectados, por lo que se ensayó una marcha atrás con la flexibilización de las restricciones. En la capital trasandina y su región está el 80% de los infectados, y atravesará por primera vez un aislamiento completo, ya que hasta ahora el gobierno conservador había optado por cuarentenas selectivas o dinámicas. La expansión del virus se dio después de que el presidente Sebastián Piñera diera por alcanzada la “meseta” de contagios y planteara una “nueva normalidad”, cuando la cifra de se mantuvo entre 400 y 500 nuevos casos diarios en la primera semana de mayo.
En México, el gobierno anunció este miércoles que reabrirá su industria automotriz, minera y de la construcción el próximo 18 de mayo, y que a partir del 1º de junio comenzará un levantamiento gradual de las medidas sanitarias según la situación de cada provincia. Pero el país azteca está lejos de haber estabilizado la curva de casos: el martes atravesó la jornada con más víctimas fatales por Covid-19, con 353 muertos en 24 horas, con lo que ya está orillando los 4 mil, con casi 38.000 casos detectados.
En Paraguay, uno de los países sudamericanos menos afectados, el gobierno dijo que estudia aplicar distintos niveles de su cuarentena, según la región. En territorio guaraní los positivos repuntaron en los últimos días pero el número sigue todavía a distancia del millar. Hasta ahora los casos superaban en poco los 700, y en gran parte por el ingreso de personas infectadas desde Brasil, el país latinoamericano con más contagios y muertes por el virus.
Al otro lado del océano Atlántico, los gobiernos europeos también tenían líneas de acción dispares para enfrentar la pandemia de coronavirus. En el Reino Unido, el segundo país en número de muertes por el virus –más de 33.000– y el único conocido hasta ahora en el que se contagió también su jefe de gobierno, se comenzaron a levantar algunas restricciones y a permitir, entre otras cosas, permanecer más tiempo fuera de los hogares o encuentros entre personas en espacios abiertos, en poco número y con distancia social.
Estos primeros pasos fueron anunciados por el primer ministro Boris Johnson hace cuatro días, pero alcanzan sólo a Inglaterra, en tanto que las regiones semiautónomas, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, las consideraron prematuras y resolvieron mantener el confinamiento.
Algo similar pasó en Ecuador y Bolivia, donde la gran mayoría de las regiones y municipios ha decidido mantener las restricciones pese a estar habilitados para flexibilizarlas.
El caso contrario se dio en Italia, que levantó parcialmente su cuarentena la semana pasada y en pocas jornadas registró un fuerte aumento de los casos, pero de igual modo el gobierno central tuvo que ceder ante las regiones y aceptar que reanuden ciertas actividades que pensaba autorizar recién en junio.
En el Líbano, el gobierno volvió a decretar una cuarentena total de cuatro días desde la noche de este miércoles, luego de registrarse un aumento de los contagios confirmados y de que funcionarios se quejaran de que la población ignoraba el distanciamiento social.
En Asia, Pakistán registró más de 2.000 infecciones en un solo día el sábado último, después de que el gobierno flexibilizara la cuarentena y la población desbordara mercados y otros espacios de reunión.
En Estados Unidos, que con casi 1,4 millones de casos y más de 83.000 muertes es el país más golpeado por la pandemia, la máxima autoridad en enfermedades infecciosas advirtió que muchos estados y ciudades podrían lamentar más muertes y también mayores perjuicios económicos si alivian restricciones en forma apresurada. “Existe un riesgo real de que se dispare un brote que quizás no se pueda controlar”, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas al hablar este martes ante una comisión del Senado.
El testimonio de Fauci fue a contramano de las pretensiones del presidente Donald Trump, quien, de cara a las elecciones de noviembre, sostiene la necesidad de reactivar la economía, e incluso apoyó manifestaciones –varias con ostentosa exhibición de armas largas– contra disposiciones de cuarentena resueltas por gobernadores. Para el republicano, el coronavrius se “desvanecerá” cuando avance el verano y los estadounidenses regresen al trabajo.
Según las cifras oficiales en siete semanas más de 30 millones de personas perdieron su trabajo.
Mientras tanto, en África, Lesoto, el único de los 54 países del continente que no tenía casos confirmados de coronavirus, confirmó su primer contagio.
De igual modo, el continente parece continuar lejos de la “catástrofe” pronosticada por expertos internacionales. Por el contrario, es la región del mundo con menos casos detectados –unos 55 mil contagios– y con menos muertes, unas 2 mil desde que se reportó el primer caso, el pasado 14 de febrero.
A nivel global, el virus ya ha infectado a más de 4,2 millones de personas y causado la muerte a más de 290.000, según la base de datos de la Universidad Johns Hopkins, de Estados Unidos.