Las islas del Pacífico Sur, seguidas de Nueva Zelanda y de Australia con sus tradicionales fuegos artificiales en la bahía de Sídney son los primeros países en celebrar la llegada del nuevo año 2013, que se ensombreció en Venezuela ante las inquietantes noticias sobre el estado de salud del presidente Hugo Chávez y que no disipará totalmente las nubes en la zona euro.
En Caracas, se suspendió el tradicional concierto de fin de año celebrado en la plaza Bolívar debido a las últimas e inquietantes noticias sobre el estado de salud del presidente Hugo Chávez, ingresado en La Habana después de someterse a una cuarta operación contra el cáncer que padece.
Según el vicepresidente Nicolás Maduro, Hugo Chávez «quiso que transmitiéramos su saludo de fin de año a todas las familias venezolanas, que se encuentran reunidas estos días».
Tampoco habrá celebraciones en Siria, donde todos los intentos de mediación fracasaron y la violencia entre rebeldes y fuerzas leales al régimen dejó más de 45.000 muertos en 21 meses, según una ONG.
El emisario internacional para Siria, Lakhdar Brahimi, afirmó el domingo tener un plan susceptible de ser aprobado por la comunidad internacional para poner fin a este conflicto, pero sobre el terreno el ejército intensifica sus operaciones y más de 100 personas pierden la vida cada día.
Las celebraciones serán más modestas que de costumbre en el sur de Filipinas, tras el paso del tifón Bopha que causó más de mil muertos a principios de diciembre, aunque cerca de 200 personas ya resultaron heridas por petardos.
En India, el ejército anunció la anulación de todos sus desfiles de Año Nuevo debido a la conmoción que provocó la violación colectiva y posterior muerte de la estudiante de 23 años, último ejemplo de la violencia que sufren las mujeres en ese país. En otros lugares del mundo, se cumplirá con las tradiciones.
Más de 1,5 millones de personas asistirán a los fuegos artificiales que cada año surcan el cielo en la bahía de Sídney, iluminando su famosa ópera con forma de velas marinas.
En Europa, las celebraciones comenzarán en Rusia, con fuegos artificiales en la Plaza Roja de Moscú, sobre el Támesis en Londres después de que el Big Ben marque la medianoche con sus 12 campanadas y en otras muchas capitales europeas, desde Estocolomo a Lisboa pasando por la Puerta del Sol de Madrid.
En cambio, no habrá fuegos artificiales en París donde, como cada año, se espera la afluencia de decenas de miles de personas, muchas de ellas turistas, a los Campos Elíseos y al pie de la Torre Eiffel para celebrar el paso al año 2013.
El Viejo Continente respira un poco en este fin de año, gracias, especialmente, a que la agencia de calificación Standard and Poors elevó la nota de la deuda griega, aunque no esté todo solucionado.
Europa está pendiente de las negociaciones de última hora del presupuesto estadounidense previstas para este lunes en Washington entre demócratas y republicanos. Si no se llega a un acuerdo, se impondrán medidas de austeridad que amenazan con volver a sumir a la primera economía del mundo en la recesión.
En Nueva York, cientos de miles de personas se darán cita en Times Square para asistir a una tradición de más de un siglo de antigüedad: el descenso de una bola de cristal multicolor a lo largo de un poste durante 60 segundos, hasta la medianoche.
En el continente africano, Nelson Mandela, convaleciente después de 19 días ingresado en un hospital, pasará la Nochevieja en familia. El presidente sudafricano, Jacob Zuma, llamó a sus compatriotas a rezar para que el héroe de la lucha antiapartheid y premio Nobel de la Paz 1993 pueda soplar las 95 velas el próximo año.
Por primera vez, la Birmania budista, que dejó atrás décadas de aislamiento para sumergirse en una transición democrática, celebrará el acontecimiento al unísono del planeta con un espectáculo pirotécnico previsto en Rangún en presencia de 50.000 personas.
El cambio de año tendrá un sabor particular en Timor Oriental, protagonista de una sangrienta transición hacia la democracia: diez años después de la independencia, la fuerza internacional de la ONU se retira oficialmente del país este lunes.
En Japón, las familias suelen aprovechar estos días para acudir a los templos antes de sentarse delante de la televisión para ver el programa de fin de año «Kohaku Uta Gassen», seguido por un 40% de los japoneses.
En Dubái, grandes fuegos artificiales iluminarán las 200 plantas del Burj Jalifa, la torre más alta del mundo, mientras de fondo suena la música sinfónica tocada en directo por la Orquesta Filarmónica de Praga.
En Río de Janeiro, los fuegos artificiales que durarán 16 minutos podrán verse desde la playa de Copacabana.