El Banco Municipal de Rosario se convirtió en la primera entidad financiera de la ciudad en comenzar las actualizaciones de seguridad reglamentadas desde septiembre del año pasado a raíz de los sucesivos casos de salideras en el país. Con nuevas mamparas que permiten la visibilidad sólo desde adentro hacia fuera, y un sistema de turnos para acceder a las cajas, ahora buscan adecuarse a la normativa nacional e instalar separaciones entre los cajeros automáticos, modificar el monitoreo de la bóveda y regular el ingreso de clientes con teléfonos celulares.
Desde el 12 de diciembre del año pasado, la entidad bancaria estatal rosarina instaló en su casa central, de San Martín al 700, una serie de mamparas de acrílico que generan un cerramiento del sector de cajas. Estos separadores son el primer paso de la adecuación a la ley de Seguridad Bancaria 26.637 –sancionada en septiembre de 2010– que prevé, entre otras medidas, instalar separaciones entre las cajas y cajeros automáticos a una altura que impida ver la ranura de expendio de dinero y el teclado.
Según la normativa que reglamentó el Banco Central de la República Argentina hace pocos días, las entidades financieras que brindan servicios a grandes poblaciones deberán actualizar sus instalaciones antes del 30 de junio. En cambio, para aquellas emplazadas en localidades con menor densidad poblacional el plazo se extenderá hasta el 31 de diciembre próximo.
Los cerramientos que modificaron la fisonomía del histórico edificio central del banco rosarino tienen adosados en una de sus caras un papel microperforado, que permite al operador bancario visualizar el sector donde los clientes aguardan ser atendidos, y por el otro, una lámina espejada que impide la vista al sector de cajas, donde se realizan las transacciones. Estas mamparas se integran a un sistema de turnero: una pantalla táctil que dependiendo del trámite asigna un turno y caja al usuario y le indica que espere detrás de las paredes espejadas hasta que su número aparezca en un tablero electrónico emplazado sobre las cajas. Allí, el cliente ingresa por una suerte de “laberinto” y llega finalmente al sector de cajas, donde finalmente puede realizar su trámite.
El sistema recién comienza a implementarse. Y en aquellas sucursales que aún no cuentan con este turnero electrónico, es el personal de seguridad el que deriva los clientes a las cajas correspondientes al trámite por el que concurre.
En diálogo con El Ciudadano, el jefe se seguridad del banco, Alejandro Gitlin, sostuvo que la instalación de la nueva infraestructura demandó un tiempo considerable. Más aún porque se debieron sortear varias pruebas técnicas para que el Banco Central certificara que el sistema cumple con las normativas 5.120 y 5.136 referentes a la ley de Seguridad Bancaria.
“Afortunadamente nos fuimos anticipando a los tiempos de implementación a raíz de que el directorio de la entidad no dudó en comenzar lo antes posible a usarlo en la casa central”. Claro que allí hay una ventaja, según recordó el funcionario: es un edificio diseñado específicamente para la actividad bancaria. En cambio, comparó, a otras entidades financieras les será más difícil adecuarse a las nuevas disposiciones.
De acuerdo con el jefe de seguridad del Municipal, antes del 30 de junio se instalarán las separaciones de los cajeros automáticos y los respectivos cerramientos para las cajas de atención al cliente. “La semana próxima se abrirá una nueva sucursal en Fisherton, sobre calle Tarragona al 800, que contará también con el sistema de mamparas”, adelantó el funcionario.
Bóvedas y otras yerbas
Como parte del paquete de medidas de seguridad que reglamentó la autoridad monetaria que dirige Mercedes Marcó del Pont, también se instó a los bancos a instalar, antes del 31 de diciembre próximo, tesoros móviles que cumplan con los nuevos requisitos técnicos de mayor seguridad en bóvedas. Para los tesoros fijos, el plazo se extenderá hasta el 30 de junio de 2011.
Según adelantó el jefe seguridad del Banco Municipal, la entidad financiera rosarina se encuentra en tratativas de reglamentar las cajas de seguridad construidas en sus bóvedas. “Los requisitos técnicos de seguridad apuntan a fortalecer la invulnerabilidad. Entre otras medidas se pide un circuito cerrado de televisión que monitoree desde afuera las bóvedas, censores antisísmicos y de temperatura”, señaló Gitlin. Y destacó que la sede central de calle San Martín ya cuenta con ese monitoreo. Las cajas de seguridad, explicó, serán de otro material “un poco más moderno”. “Siempre hay que actualizar la seguridad porque hay técnicas de delincuencia que ya superan algunos sistemas, por ejemplo, la lanza térmica, utilizada para el desguace de barcos”, especificó Gitlin.
La normativa nacional para reducir la inseguridad en los bancos especifica que tampoco se podrá ingresar con teléfonos móviles a las entidades. “Desde 1994 está prohibido el uso del celular. Aquí (por el Banco Municipal), en el 99 se efectivizó. Habrá que pensar qué sistemas se podrán implementar para dar forma a la normativa nacional”, aseguró Gitlin. Descartada la idea de inhabilitar las señales de telefonía celular, el Central instó a las distintos bancos a presentar un “plan alternativo” hasta el 30 de abril. De acuerdo con el jefe de seguridad, no es descabellado pensar en bolsas con precintos o lockers donde los usuarios depositen los aparatos al ingresar al banco, tal como señalara el vicepresidente del Banco Central, Miguel Pesce.
“Nosotros tenemos entre 400 y 500 personas de forma permanente en horarios bancarios. Sería difícil. Lo más sencillo es que no lo lleve o desactivarlo y sacarlo de la vista”, explicó Gitlin. Y aclaró que la reglamentación para los celulares tiene como fecha límite el 30 de abril de este año. Sin embargo, apuntó también el encargado máximo de la seguridad del banco rosarino, la gente está acostumbrada a no usar el celular dentro de las instalaciones merced a la señalética y las indicaciones del personal.