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El municipio, a la Justicia para recuperar tierras en las islas

Por Agustín Aranda.- La semana que viene iniciará las acciones en Entre Ríos para desalojar a productores que se apropió de 2.000 hectáreas.

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El director de Asuntos Jurídicos del municipio, Alejandro Schvartzman, adelantó ayer a El Ciudadano que la semana próxima el Ejecutivo local y la Fundación Deliot iniciarán un juicio de reivindicación de dominio de 2.204 hectáreas en la isla El Charigüé, detrás de El Espinillo, frente a la costa central de la ciudad de Rosario. Desde hace años ese lugar es ocupado y explotado comercialmente por dos productores agropecuarios que hasta alteraron el medioambiente del lugar levantando terraplenes. Más allá de que la propiedad es del municipio rosarino, la jurisdicción pertenece a Entre Ríos, por lo que el juicio se desarrollará en los tribunales de la provincia vecina.

Durante el mes pasado el municipio dejó constancia mediante escribano de la ocupación que se había perpetrado por parte de particulares en terrenos del Estado municipal, material que presentará en la Justicia para que se declare el desalojo. Según estimaron desde la Municipalidad de Rosario, durante la primera semana de octubre convocarán a los distintos actores ligados con la preservación natural de las islas para definir el futuro de los terrenos cuando sean recuperados en la práctica.

El futuro del terreno

“De la mano de los tiempos de la Justicia empezaremos a tomar posesión y lo primero que se acordó es quitar los terraplenes que instalaron los productores para devolver la fisonomía de esa parte del delta a su estado anterior”, explicó el secretario de Planeamiento local, Pablo Barese. Sobre el resto de los terraplenes que no se incluyen en el terreno municipal, el funcionario indicó que su destino depende de la voluntad del gobierno entrerriano, en particular, del municipio de Victoria.

Una vez restituidas a su estado natural, las hectáreas podrían ser utilizadas para algún tipo de proyecto turístico siempre y cuando mantenga estándares de sustentabilidad, es decir que no impacte negativamente en el ecosistema ni en los pescadores que dependen de ese hábitat para desarrollar su actividad. “Es suelo municipal y ante eso tenemos que tener una actitud ejemplar ya que somos responsables como Estado de ese suelo”, indicó Barese.

Estos objetivos fueron consensuados a principios del mes pasado durante algunos encuentros entre el municipio y las organizaciones ambientalistas El Paraná no se Toca, Los Verdes y Taller Ecologista. De esas reuniones participaron representantes de las secretarías de Planeamiento, Obras Públicas y Gobierno, al igual que la Subsecretaría de Medio Ambiente y el Ente Turístico Rosario. También participaron el subdirector de Desarrollo Sostenible y técnicos del Acuario. Unos días más tarde hubo otra reunión con representantes de los gobiernos santafesino, entrerriano y nacional en el marco del Plan Integral Estratégico de Aprovechamiento Sostenible del Delta del Paraná. Desde 2008 el plan está a cargo de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.

En diálogo con El Ciudadano, una de las representantes de la ONG El Paraná no se toca, Victoria Dunda, señaló que si bien se desconoce el destino final de los terrenos de la isla donados por la Fundación Deliot se debe priorizar el cuidado de la flora y fauna. En particular, sobre las tierras a recuperar, que fueron sometidas a cambios estructurales con la instalación de terraplenes. Otro problema, señalaron desde la ONG, es la caza furtiva, que se resolvería con la designación de guardaparques en esa zona. “No tenemos otro objetivo que no sea recuperar el recurso ambiental y cuidarlo. Debatiremos con los actores los posibles emprendimientos (por los turísticos deslizados en agosto por representantes del Ejecutivo local)”, apuntó Dunda.

Los terrenos que la semana que viene formarán parte de una disputa judicial fueron legados al municipio por el filántropo Carlos Deliot. Salvo un intento del ex intendente Hermes Binner, quien en 1999 propuso la creación de una reserva natural (luego abandonada y, por esta razón, el Concejo Municipal pidió explicaciones el año pasado), esas 2.204 hectáreas nunca estuvieron entre las prioridades de los gobiernos locales hasta que un productor ganadero las ocupó para su provecho.

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