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El negocio inmobiliario fue a la baja el año que cierra

Así lo consideran desde las empresas del ramo, que no ven incentivos para que la clase media invierta.

Las operaciones de venta de inmuebles en la ciudad quedaron este año un 16 por ciento debajo de las de 2013, siendo el mercado de las propiedades usadas el más resentido, según señaló Carlos Rovitti, titular de la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros). En cuanto a alquileres se sellaron entre noventa y cien mil contratos mientras que actualmente existen en total unos 300 mil locadores, en su mayoría de clase media que no tiene fácil acceso a planes hipotecarios.

De acuerdo con el balance realizado por Cadeiros, los desarrollos nuevos “son los que más se movieron” debido a las modalidades alternativas de compra como pueden ser, por ejemplo, los fideicomisos.

Rovitti indicó que en toda la provincia se concretaron 132 mil ventas de inmuebles y Rosario representó poco más del 10 por ciento de esa cifra, con unas 17 mil operaciones.

“No hay relación con la necesidad. Argentina tuvo en 2007 la mayor cantidad de metros cuadrados per cápita de Latinoamérica –cuyos principales adquirentes fueron del sector productivo–, y hoy la mayoría de la clase media no tuvo su primer techo. Se necesitan requisitos más flexibles para la gestión de créditos bancarios”, reflexionó.

Otro de los factores que señalaron desde la Cámara como un obstáculo para el desarrollo del mercado es que existe distorsión sustancial en la forma de tasación: «Muchos de quienes pagaron las propiedades en dólares cuando la moneda extranjera estaba un 200 por ciento menos que en la actualidad hoy pretenden venderlas en dólares y lo deben hacer  en pesos».

Para el titular de Cadeiros el panorama para 2015 es complicado. “Es un año en el que habrá varias elecciones y al menos hasta que no sepamos quiénes van a ser los candidatos a competir por el gobierno central es probable que no se reordene la economía. Cuando se sepa, puede que la gente sienta confianza y empiece a invertir en el sector inmobiliario, porque el resguardo natural sigue siendo el ladrillo”, analizó.

Alquileres comerciales

En cuestión de alquileres comerciales, desde las Asociación Empresarios de la Vivienda y Desarrollos Inmobiliarios (Aevdi) consideraron que no ha habido fluidez, a pesar de que los precios están significativamente bajos, dicen, y no son proporcionales al valor del inmueble.

“Los precios de los alquileres se han quedado pero no en 2014, sino a través del tiempo. Hoy están al valor nominal de tres año atrás”, dijo Juan Martín Benítez Elicech, de Aevdi. En este sentido, sostuvo que “es muy difícil convencer en un inversor de que compre un local y, por otro lado, ocurre que muchas veces el locador no puede pagar porque su comercio no reditúa”.

Por su parte, Rovitti enumeró que en Rosario cerraron unos 1.300 negocios en lo que va del año mientras que actualmente se encuentran vigentes cerca de 26 mil contratos de locación.

Sobre la cifra de negocios que bajaron sus persianas aclaró que no se encuentran en los corredores principales como las peatonales, calle San Luis, barrio Echesortu o avenida Alberdi sino que los lugares más afectados fueron las zonas laterales a esos sectores tradicionalmente comerciales, por lo que “en arterias como Rioja, San Lorenzo o Santa Fe hay mayor cantidad de locales disponibles”.

“Igualmente, hay que tener en cuenta la inflación. Algunos hablan del 24 el 30 o el 40 por ciento pero lo cierto es que la realidad indica que hay inflación y eso produce un resentimiento en el bolsillo del trabajador. Pero siempre es la clase media la que resulta afectada porque los sectores más bajos reciben asistencia del Estado a través de distintos planes, cuando la clase media, que es la que reactiva la economía, no recibe políticas de financiamiento”, concluyó Rovitti.

Oeste y sur, lo más elegido

Dentro de las cifras que muestran un retroceso en la actividad inmobiliaria en general, desde Cadeiros señalaron que lo más requerido en las transacciones del sector son casas y terrenos ubicados en la periferia de la ciudad hacia el oeste y el sur.

“El cinturón Funes-Roldán es uno de los sectores más elegidos por los compradores y también Pueblo Esther”, dijo Rovitti.

No obstante, remarcó que si bien son localidades que han crecido  en los últimos años, sobre todo porque la gente ya no las elige para casas de fin de semana sino para radicarse, el desarrollo no se ha dado en concordancia con cuestiones básicas como infraestructura, educación, salud o servicios.

 

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