Tras conocerse que la intendenta Mónica Fein enviará al Concejo Municipal un proyecto para que el Centro Cultural Bernardino Rivadavia pase a llamarse Roberto Fontanarrosa en honor al fallecido humorista y escritor rosarino, el concejal Alberto Cortés manifestó su acuerdo con la iniciativa tal como lo hicieron otros ediles como Héctor Cavallero, Roberto Sukerman y Jorge Boasso. “Entiendo que hace una correcta interpretación del sentimiento popular, que en reiteradas oportunidades e insistentemente ha solicitado el cambio de nombre de tan significativo lugar de la cultura para nuestra ciudad”, destacó el representante de Proyecto Sur y del Partido Socialista Auténtico (PSA) en el Palacio Vasallo.
“Roberto Fontanarrosa, rosarino de nacimiento, desde el humor gráfico logró escribir y colectivizar en forma masiva las diversas pasiones humanas que dan cuenta del sentido de nuestra identidad. Con la creación de sus legendarios personajes Boogie el Aceitoso y el gaucho Inodoro Pereyra, acompañado de su perro Mendieta les dieron vida humorística, capacidad de transmisión y expresión al cotidiano devenir de nuestras características culturales como pueblo”, destacó Cortés.
Celebrando la iniciativa propuesta desde el Ejecutivo, el concejal recordó que Fontanarrosa “como hombre de compromiso, tomó posición por la democratización de las palabras y las culturas, ya que las entendía como construcciones sociales atravesadas por tiempos históricos”. “Respetuoso de los gustos personales propios y ajenos, nunca ocultó su fervor futbolero, ni su pasión por el club de sus amores, Rosario Central, incluso algunas de sus obras se han convertido en referenciales para la temática futbolera”, añadió.
“La prolífica obra del popular Negro Fontanarrosa es un conjunto narrativo, una completa antología de singularidades humanas, conductas y situaciones que van desde la parodia delirante al trazo más fino y certero, desde las publicaciones diarias de chistes sueltos en periódicos, hasta publicaciones de libros de historietas, novelas, cuentos que lo llevaron a alcanzar reconocimiento público, recibir premios y distinciones”, sostuvo.
En tanto, el concejal se refirió a la figura de Rivadavia, al señalar que “no por casualidad al centro cultural le fue impuesto su nombre por la dictadura militar”. “Se opuso claramente, primero como secretario de Guerra del Primer Triunvirato y luego como ministro de Gobierno de Martín Rodríguez, a las campañas de Belgrano y San Martín. El primero logró la victoria en la batalla más importante de la Guerra de la Independencia librada en territorio argentino, Tucumán, gracias a su desobediencia a Rivadavia. El segundo lo derrocó apenas llegó a Buenos Aires”, indicó. “Posteriormente, San Martín sufrió en carne propia el sabotaje de Rivadavia a su campaña emancipadora de América del Sur. También Rivadavia convocó al coronel prusiano Federico Rauch para comenzar los procesos del genocidio de los pueblos originarios posteriores a 1810. Es más, Rivadavia impulsó en todo momento una política centralista y trató de impulsar la represión de los caudillos federales con el ejército a lo cual se rehusó San Martín. Fue además el responsable de comenzar el endeudamiento externo favorable a los intereses coloniales (empréstito de la Baring Brothers), que mucho tiempo después fue profundizado sobre todo por la última dictadura militar que no por casualidad impuso su nombre al Centro Cultural”, concluyó Cortés.