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El nuevo escenario tras las elecciones al Parlamento Europeo

Las elecciones al Parlamento Europeo son la instancia en la cual los ciudadanos de los Estados miembros de la UE, a través del sufragio directo, eligen cada cinco años a sus eurodiputados

Maria Bejer de Ustaran / Flavia Marzioni Chimenis / Florencia Uberti

Del 23 al 26 de mayo tuvieron lugar las elecciones parlamentarias europeas, que generaron un nuevo escenario político en el ámbito de la Unión Europea (UE). Con una participación del 51%, la más alta de los últimos 20 años, la irrupción de los Verdes y Liberales pusieron fin a 40 años de bipartidismo. Las elecciones al Parlamento Europeo son la instancia en la cual los ciudadanos de los Estados miembros de la UE, a través del sufragio directo, eligen cada cinco años a sus eurodiputados. Estos se encargarán de decidir la legislación que regirá a los ciudadanos europeos en su vida cotidiana. De igual manera, el Parlamento tiene participación directa sobre la elaboración del presupuesto europeo, la aprobación de los acuerdos internacionales, y la definición de la política de desarrollo y de ayuda humanitaria de la UE, entre otras funciones.

Este año las elecciones se llevaron a cabo entre el 23 y el 26 de mayo. Es importante destacar que cada país cuenta con un sistema diferente de votación y que en algunos países las elecciones europeas coinciden con elecciones nacionales o locales. La distribución de escaños es proporcional al número de habitantes de cada país. Por ejemplo, Alemania es el Estado que más escaños posee con 96, y en el otro extremo, Estonia, Chipre, Malta y Luxemburgo tienen 6 eurodiputados.

Aumento de la participación y fin del bipartidismo

La tasa de participación alcanzó el 51% en promedio en los 28 países miembros, la más alta en los últimos 20 años, cifra que constituye el primer aumento significativo desde el año 1979, cuando se celebraron las primeras elecciones directas. Los resultados de las elecciones provocaron un escenario marcado por el ascenso en el Parlamento de grupos políticos de diferentes espectros ideológicos que rompen con la tradicional alianza del Partido Popular Europeo (PPE) (democracia-cristiana) y la alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) (socialdemocracia). A pesar de que ambos grupos continúan siendo la primer y segunda fuerza respectivamente, en comparación con las elecciones del 2014, el PPE disminuyó su representación en 37 escaños y el S&D en 32, perdiendo la mayoría absoluta dentro del Parlamento. Esto los obliga a repensar sus alianzas y tratar de establecer nuevos vínculos para sacar adelante sus políticas.

Verdes y Liberales, grandes ganadores

El gran protagonista fue la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (Alde), que será probablemente liderado por los diputados del presidente francés, Emmanuel Macron. El Alde se caracteriza por defender, en el marco de un programa de corte liberal, una política europea que no desconoce los aspectos sociales. Con 105 escaños, constituyen el tercer grupo, detrás del S&D.

El imparable ascenso de los Verdes encuentra su correlato en las manifestaciones de jóvenes ecologistas que se esfuerzan año a año para lograr que los gobiernos europeos coloquen en sus temas de agenda al cambio climático. Los Verdes buscan erigirse como una alternativa al tradicional bloque político que dominaba en el Parlamento. La novedad radica en el notable desempeño de estos partidos en el norte de Europa, así como también en otros países como Alemania, Francia, Reino Unido e Irlanda. Al aumentar sus escaños a 17, se posicionan como la cuarta fuerza dentro del Parlamento.

Gracias al auge de Verdes y Liberales, se ha logrado poner un freno a las fuerzas euroescépticas, especialmente las de extrema derecha, que venían ganando terreno dentro de la Unión. Los euroescépticos habían ganado impulso a partir de una serie de acontecimientos que ponían en tela de juicio la capacidad de la Unión Europea para resolver diferentes cuestiones como la crisis del euro, la crisis de refugiados y el Brexit.

Sin embargo, cabe mencionar que la ultraderecha no cumplió con las expectativas que predecían las encuestas. En números concretos, el aumento de sus representantes ha sido de un 10%, ganando en países como Alemania, Francia, Reino Unido y Polonia. Como ejemplos de algunos partidos de ultraderecha encontramos a Agrupación Nacional en Francia (Marine Le Pen), la Liga Italiana en Italia (Matteo Salvini), y Alternativa para Alemania (AfD) en Alemania.

Las elecciones han dejado un Parlamento Europeo muy fragmentado que revela dos aspectos significativos dentro de la UE: la creciente importancia de los partidos minoritarios y el desgaste de las dos grandes familias políticas europeas (la socialdemocracia y la democracia-cristiana), que han sido tradicionalmente los pilares del proyecto europeo. Queda por verse qué camino seguirán en la nueva legislatura y a qué grupos buscarán acercarse para resolver la cuestión de la mayoría absoluta.

Estudiantes de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la UNR. Miembros del Grupo de Estudio sobre la Unión Europea de la Facultad de Ciencia Política y RRII, UNR

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