El bloque de senadores del Frente de Todos avanzó este miércoles en el dictamen a favor del proyecto de ley que regula el teletrabajo tal como fue aprobado por la Cámara de Diputados, tras rechazar introducir modificaciones pedidas por el sector empresario con el argumento de que existen «intereses contrapuestos».
La oposición expresó su disconformidad con la aprobación de la normativa sin cambios y anticipó que presentaría un dictamen en minoría, durante la reunión celebrada este miércoles por videoconferencia en la comisión de Trabajo del Senado.
En el encuentro, representantes de entidades empresarias destacaron la necesidad de contar con una ley que regule el teletrabajo, pero pidieron modificar puntos que consideraron «rígidos» con el argumento de que «se deben atender tanto los derechos de los trabajadores como las necesidades de los empleadores» en medio de la crisis que se atravesará pospandemia.
El presidente de la comisión, el senador del Frente de Todos Daniel Lovera, consideró que la media sanción de Diputados «establece pautas fundamentales para proteger el trabajo» y adelantó que el oficialismo pretende avanzar para que el pleno del Senado apruebe la regulación sin cambios.
«Es difícil una ley que contenga a todos. Aquí tenemos intereses contrapuestos», dijo Lovera tras escuchar las exposiciones de los empresarios, y aclaró que durante la pandemia, ante el aumento del teletrabajo, «quedaron al descubierto avasallamientos por ausencia de una regulación».
«Esta iniciativa no busca promover el teletrabajo, sino regular esta actividad que ya se está dando y que es dispar y en el Frente de Todos creemos que si abrimos el debate para modificar algunas cosas no será tan factible que prontamente tengamos ley», añadió.
Para el senador peronista, la media sanción dada por la Caḿara baja y que ahora buscará ser aprobada por el Senado «establece pautas fundamentales para proteger el trabajo y la salud y es imprescindible contar con marco regulatorio para evitar que se afecten derechos».
Lovera aclaró que deberán ser «las convenciones colectivas las que atiendan luego las particularidades de cada caso», en referencia a los cambios pedidos por la oposición y el empresariado respecto a la reversibilidad de la modalidad de trabajo a distancia, la carga horaria de los teletrabajadores o los límites a la contratación de empleados de otros países.
En representación de Cambiemos, el senador Esteban Bullrich lamentó la falta de «consenso» para «mejorar» la ley y consideró que «es una muy mala señal» para el país «no ponerse de acuerdo en lo que es posible obtener acuerdos».
«Siento frustración porque creía que era un tema que nos podía encontrar y podía haber un consenso. Estamos haciendo flaco favor a los argentinos, no se está comprendiendo lo que está pasando y lo que va pasar» en una Argentina, remarcó, «en la que el 40 por ciento de los trabajadores está en la informalidad».
En el inicio de la reunión, el representante de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, opinó que hay aspectos de la ley que «son impracticables» como el de los husos horarios, la posibilidad de revertir el teletrabajo cuando el trabajador lo desee y sin un previo aviso y el límite a la contratación a trabajadores extranjeros.
Brenda Puig, de IDEA, expresó que el teletrabajo «puede ser una herramienta fantástica para generar empleo», dijo coincidir con «el espíritu del marco general que garantice la protección del trabajador» pero añadió que «puede ser mejorada» ya que «no parece razonable que la reversibilidad sea unilateral» de parte del trabajador «sin aviso previo».
Luis Galeazzi, director de Argencon, advirtió que la ley «votada precipitadamente en Diputados no da ventajas ni beneficios ni a trabajadores ni empleadores» y consideró que «va a ser un picnic para la industria del litigio» ya que «no se promueve en un marco de realismo».
Pablo De Luca, de Adepa, apoyó la norma pero remarcó la necesidad de que «no sea intrusiva en el balance entre los derechos de los trabajadores y de empresas» y coincidió con los pedidos para modificar el artículo 8 de reversibilidad al señalar que «en términos prácticos es bastante inviable».
El proyecto establece presupuestos mínimos para el trabajo a distancia, el derecho a la desconexión, a tener una jornada determinada y el carácter voluntario de esta modalidad.
También determina que los teletrabajadores tendrán los mismos derechos -salarios, licencias y vacaciones- que aquellos que lo hacen en forma presencial.