Más allá de que un descenso marcaría la página más negra de la rica historia de River, la perdida de categoría también traería aparejado un descalabro financiero para la institución de Núñez debido a la merma en el contrato de televisión, la renegociación de los convenios de sponsorización y la caída en los precios de las entradas.
Por temporada, el Fútbol para Todos le paga a River 30,7 millones de pesos, mientras que en el Nacional B cada club recibe $ 3,5 millones sin distinción de camisetas. Eso quiere decir que por derechos de televisación los millonarios pasarían a ganar un 89% menos que en la actualidad. Si bien desde el club especulan que este contrato con la empresa TyC (dueño de los derechos de transmisión de la categoría) puede renegociarse, desde la AFA fueron muy claros cuando alertaron de que en las categorías de ascenso la plata se reparte de forma ecuánime.
Los contratos de sponsorización también se convertirían en un gran problema para la economía «millonaria». Un exdirigente de la institución le aseguró a ámbito.com que los convenios con Adidas (tiene un contrato de u$s 20 millones por 6 años que vence en 2014), Petrobras (u$s 2,5 millones anuales) y Tramontina (u$s 600 mil por año) fueron cobrados de antemano con la condición de que el equipo se mantenga en primera división, por lo que la institución de Núñez estaría incumpliendo con su parte y pasaría a estar en deuda con estas marcas. De esta manera, en los tres casos los montos deben ser renegociados.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta la devaluación del plantel, de cara a posibles ventas para oxigenar la economía. Según indica el sitio Transfermarkt, el plantel actual de River está valuado en u$s 78 millones. Estos valores bajarán considerablemente si el equipo pierde la categoría, debido a que sus competidores en el mercado saben de su imperiosa necesidad de vender y jugarán con esa variable. Además, corre el riesgo de perder a muchos jugadores por las abultadas deudas en los salarios, lo que haría que se negocie su libertad de acción a cambio de cancelar lo que se les adeuda.
Otro de los puntos a tener en cuenta es la merma en los ingresos por ventas de entradas. Si bien se descuenta que la gente acompañará al equipo y que los valores de las plateas no se modificarán, una popular en Primera cuesta $ 40 y en el Nacional B $ 30. En el último Apertura en el Monumental se vendieron 232.570 localidades, lo que le reportó al club $ 9.3 millones, que en la segunda categoría serían $ 6,9 millones. De esta manera, el equipo de Núñez se privaría de aproximadamente $ 5 millones en concepto de toda la temporada.
Esta situación sería un puñal para la economía del club que en el último balance presentado en noviembre del año pasado arrojó $ 216.827.799 de pasivo, con un déficit en el ejercicio 2009 – 2010 de $ 79.828.156, el más alto en la historia del club. Además, y pese a achicar el plantel, la institución mantiene un déficit operativo mansual de $ 200 mil.
La crisis del fútbol profesional traería graves repercusiones estructurales y coletazos a otras disciplinas. Actualmente, el club tiene más de 1000 empleados en planta permanente, y con un descenso sería imposible mantener el nivel de operatividad del club porque no se podrían afrontar los salarios.