La Argentina no llega actualmente a cubrir su demanda de tomates para la industria y tiene entonces que importar latas desde China.
En La Rioja está la planta de AgroAndina, una industria que funciona como empresa privada pero que en realidad pertenece desde 2009 al Estado riojano, que evitó así que la empresa Alco dejara unas 200 personas en la calle, sin trabajo.
Allí se especializan en tomate para industria en todas sus variantes y su gerente, Juan Pizzo, admitió que hay un déficit de 3.000 hectáreas de tomate para industria en el país.
Ellos implantan unas 450 hectáreas y podrían crecer a mil si tuvieran claro que va a ser negocio a largo plazo y mientras tanto la Argentina no es capaz de autoabastecerse de tomate para lata, botella o tetra-pack.
El último informe sobre ese sector elaborado por la Dirección Nacional de Alimentos, data de mayo de 2018 y contiene datos hasta 2017.
«La producción argentina alcanzó en 2017 a cubrir el 68% de su demanda, de alrededor de 700 mil toneladas», confirmó el reporte oficial, por eso más del 30% del tomate industrializado que se consume en el país (ya sea como extractos, salsas, aderezos o puré) llega desde afuera, sobre todo de China, pero también de Italia.
En 2017, según datos aduaneros, la Argentina importó 44 mil toneladas de preparaciones de tomate, por más de 37 millones de dólares: El 62% eran tomates chinos y otro 20% italianos.
En tanto, la Argentina exporta estos productos por 4 millones de dólares (el 10% de sus importaciones), la mitad a Paraguay.
«La producción de tomates con destino industrial en Argentina en la temporada 2016-2017 alcanzó las 488.000 toneladas», indica la información.
Con 6.195 hectáreas cultivadas, este tipo de tomate es un cultivo extensivo, al aire libre, que incluso se cosecha mecánicamente, cortando toda la planta; si el consumo llega a las 700 mil toneladas, faltan cubrir más de 200 mil toneladas, es decir las 3000 hectáreas faltantes.
El informe oficial dice que «la producción de tomate para industria presenta margen para incrementarse en Argentina, debido a que no existen restricciones de tierra y agua, además de un mercado interno desabastecido de materia prima local».