El próximo viernes, a las 15, en el Palacio de los Leones, el intendente Miguel Lifschitz recibirá a Richard Stallman, fundador del Movimiento de Software Libre, quien arribará a Rosario por segunda vez –la anterior fue en mañana 2000, cuando visitó por primera vez Sudamérica– en el marco de la gira que realiza por Uruguay y la Argentina. Tanto entonces como ahora es el Grupo de Usuarios de GNU/Linux de Rosario (Lugro), con cuyos miembros mantiene una larga amistad, el que recibirá al legendario programador estadounidense, quien en lugar de seguir el camino que lo hubiera transformado en multimillonario –como lo hicieron la mayoría de sus pares– prefirió erigirse en el “gurú” de la liberación total y sin restricciones del conocimiento informático.
Stallman, quien además se reunirá mañana con el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Darío Maiorana, y con el decano de la Facultad de Ingeniería, Oscar Peire –a las 19 dará una charla abierta en el auditorio de la casa de altos estudios, en avenida Pellegrini 250– es el creador, junto al ingeniero finlandés Linus Torvalds del sistema operativo GNU/Linux y de la licencia que hace posible su distribuición, GPL, que por su contraposición al conocido “copyright” que protege los derechos de autor, es llamada “copyleft”.
En concreto esta licencia aplicada a la informática tiene efectos contundentes, ya que establece que los programas “libres”:
* se pueden usar con cualquier propósito.
* se pueden estudiar y modificar a las propias necesidades.
* se pueden copiar y redistribuir en versiones idénticas.
* se pueden mejorar y redistribuir las versiones mejoradas.
“Los programas de software libre son de los usuarios, por lo cual cada uno puede hacer con ellos lo que quiera y transmitírselos a quién quiera, mientras que los privados son de los dueños de las empresas que los diseñan y los utizan para someternos a sus decisiones”, explicó el propio Stallman, quien la semana pasada disertó en la Cámara de Diputados de la Nación.
“Cuando un programa es libre, cada usuario lo puede ejecutar como quiera, puede cambiarlo a su preferencia, ayudar a los demás ciudadanos a instalarlos y distribuirlos y construirlos a la voluntad de cada persona. El software libre respeta la libertad de todos, ya sea de un usuario como de un Estado”, marcó el programador. “Por el contrario –continuó– usar el software privado es instalar un problema social, que no habría que aceptarlo porque atenta contra la privacidad y libertad de las personas”.
En ese marco, Stallman respaldó el proyecto del diputado del SÍ Eduardo Macaluse, que plantea un viraje al software libre a toda la administración pública nacional.
Con la misma intención, la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe aprobó un proyecto de los legisladores Gerardo Rico (Frente para la Victoria) y Pablo Javkin (ARI) para que la administración pública santafesina haga lo propio.
En la Argentina, el software libre ya se aplica en varias universidades de todo el país, en el Ministerio de Educación, en organismos gubernamentales nacionales, como la Afip y la Ansés. Pero el capítulo más avanzado está en la Municipalidad de Rosario.