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El pan aumentó 100% en un año y no descartan nueva suba

Desde la asociación que reúne a los fabricantes en Rosario admitieron que deberían vender el kilo a 80 pesos, pero está entre 60 y 72. Denuncian que la mayoría de lo que se vende en los barrios no se sabe de dónde viene

La situación de la industria panadera se agrava día a día entre el aumento de tarifas, la fuerte suba de la materia prima, la caída en las ventas y los comercios clandestinos. En Rosario, el titular de la Asociación de Industriales Panaderos local, Gerardo Di Cosco, dijo a El Ciudadano que viven cada día con el dilema de pagar los impuestos o aumentar de nuevo el precio del producto. Hace dos semanas, actualizaron el costo en un 6 por ciento. En el acumulado entre febrero de 2018 y el mes pasado, el kilo aumentó un 100 por ciento. Hoy cuesta entre 60 y 72 pesos, pero los fabricantes admiten que deberían venderlo a 80 para salir a flote. “No descartamos un nuevo aumento, pero tenemos que enfrentar otros problemas. El 80 por ciento del pan que se vende en los pequeños comercios de los barrios no se sabe en qué condiciones se fabrica”, lamentó sobre la informalidad del sector en el marco de la debacle económica general.  Semanas atrás, desde la Federación que agrupa a los locales del sector enviaron una carta al presidente Mauricio Macri en la que le solicitaron un encuentro para buscar “un acuerdo que contribuya a superar la grave crisis”. En Rosario cerraron 60 panaderías en 2018, y si se tienen en cuenta los locales que bajaron la persiana en 2017, suman 140.

Venta libre

Di Cosco explicó la ecuación que llevó a la suba acumulada de 100 por ciento del precio en un año. “Suba de tarifas de luz, gas y agua, y también de la harina. En 2018 aumentó más que el dólar: casi un 270 por ciento”, dijo el referente y explicó que por la cosecha de trigo suele bajar entre noviembre y enero, algo que no ocurrió todavía.

“Cuando recibamos la nueva factura de luz y de gas, la situación de la industria panadera se va a volver insostenible. Nos afecta a todos”, dijo Di Cosco y apuntó al cierre de locales por la crisis. De 450 locales ya bajaron las persianas más de 60. Pero el pan sigue en la mesa y la producción, siempre según Di Cosco, se da sin las condiciones óptimas de sanidad. “Ya suman alrededor de 150 los espacios que producen así. Siempre hubo comercios clandestinos, pero con esta crisis se nota mucho más”, explicó. “Hay grandes panaderías que trabajan a puertas cerradas. Están enganchadas de la luz, no tienen al personal registrado, no tributan, ni pagan el Derecho de Registro de Inspección (Drei) Para los panaderos que seguimos subsistiendo es una competencia desleal terrible”, aseguró.

Di Cosco advirtió que el 80 por ciento del pan que se vende en los pequeños comercios de los barrios no saben en qué condiciones se fabrica. “El mayor problema es la salud de la gente. Falta que se venda pan en las farmacias”, dijo el dirigente del sector y agregó que desde hace meses mantienen reuniones con las autoridades de la Secretaría de Producción y Desarrollo de la Municipalidad de Rosario para resolver estos problemas.

El referente de panaderos atribuyó gran parte de la crisis al modelo económico del gobierno de Cambiemos. “Es un gobierno para los agroexportadores, para los bancos y las empresas energéticas. Nación siempre hizo oídos sordos y nos sentimos desamparados. Hay que tratar de llegar a octubre como se pueda y esperar  que haya un verdadero cambio en el país. Cuando la gente tiene trabajo, gasta. Es un círculo virtuoso”, concluyó Di Cosco.

Piden la intervención de Nación

“Venimos una vez más a poner de manifiesto la grave situación que está atravesando la industria panaderil y a solicitar su urgente intervención”, escribieron desde la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines en una carta presentada al presidente Mauricio Macri. “Nos hemos visto obligados a declarar el estado de emergencia ante el acuciante e insostenible escenario económico que la afecta y que viene provocando un creciente cierre de establecimientos y la imposibilidad de afrontar los costos de la actividad, que además se siguen incrementando sin pausa, mientras día a día decaen las ventas”, detalló el presidente de la federación, Miguel Di Betta, quien firmó la carta.

“Es imprescindible que se adopten medidas necesarias para poner freno y revertir la situación, pues de otro modo la multiplicación de cierres, las quiebras y la pérdida de cuantiosas fuentes de trabajo serán inevitables”, agregaron en la misiva. Desde la federación sugirieron a Nación hacer todo lo posible para suspender los cortes de los servicios de luz, gas y agua por falta de pago; evitar los embargos por parte de la Afip; aplicar un control de precios al trigo y la harina; y dejar sin efecto los incrementos en las tarifas  de energía para 2019.

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