Un grupo de hinchas de San Lorenzo iba a realizar un pañuelazo este sábado antes del partido que su equipo jugará de local en el estadio Pedro Bidegain, pero debieron suspenderlo por las amenazas de los propios hinchas azulgranas. El motivo de la actividad era expresarse para rechazar las medidas que toman algunos y algunas policías de Buenos Aires que impiden el acceso a las canchas del pañuelo verde de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Lega, Seguro y Gratuito. Dicen, es censura. Claro que lo es.
La cita estaba programada para las 14.30 (NdR: una hora antes del inicio del partido ante Central Córdoba de Santiago del Estero) y la convocatoria fue realizada por diferentes agrupaciones azulgranas: San Lorenzo Feminista, San Lorenzo Antifascista, La Soriano, la Subcomisión del Hincha y el Departamento de Peñas.
El hecho en cuestión tiene que ver con diferentes testimonios de hinchas que en el cacheo policial habitual para ingresar a los estadios de fútbol les decía que no podían entrar con el pañuelo verde. Pasó en Boca, pasó en Racing y también en San Lorenzo. Cuando ingresas a la cancha, el cacheo policial te prohíbe entrar con, entre otras cosas, encendedores, botellas y hasta broches del pelo, elementos que se consideran “peligrosos”. El pañuelo verde, lejos está de serlo.
El año pasado, cuando la selección argentina de mujeres disputó el partido de ida del repechaje mundialista ante Panamá en cancha de Arsenal, sucedió algo similar. Dentro de la cancha muchas mujeres corrían la voz de que la policía no te dejaba entrar con el pañuelo. No te lo sacaban como los encendedores, te pedían que no esté a la vista al ingresar. Yo lo tenía en la mochila, como siempre, pero no me invitaron a esconderlo, tal vez por la credencial de prensa, tal vez porque el policía de turno no quiso. Es que estos hechos son azarosos, “a algunas se los sacan, a otras no”, coincidió Carolina Giralt, miembro de San Lorenzo Feminista, a Télam.
La censura policial se excusa en diferentes argumentos, explicó Giralt: “que era una disposición del Ministerio de Seguridad; que era política y no se podía entrar con eso al estadio; que nos estaban cuidando a nosotras mismas o que incitaban a la violencia”.
Pero la censura en este caso no fue solamente policial. Ayer por la tarde las agrupaciones convocantes anunciaron la suspensión de la actividad por las agresiones sufridas en las redes sociales de los propios hinchas del Cuervo.
“No rompan las bolas”, “los vamos a sacar a las piñas”, el tenor de los mensajes de simpatizantes de San Lorenzo fue subiendo y llegó hasta amenazas de muerte: “hay balas para todos”. A las organizadoras las tratan de “pelotudas”, “fracasadas”
En respuesta a las agresiones, las organizaciones suspendieron la actividad y emitieron un comunicado: “observamos con preocupación las agresiones recibidas frente a la iniciativa. Y ya que tanto nosotras como el club no podemos garantizar la seguridad para el desarrollo de la actividad decidimos suspenderla”.
Explicaron además que “la idea del pañuelazo era clara: manifestarnos contra la persecución de la policía a las pibas que llevamos el pañuelo a la cancha. Nuestra intención no fue hacerlo para provocar a ningún hincha que, como nosotras, va a alentar a nuestro equipo”. E invitaron a generar un espacio de diálogo y debate hacia el interior del club “para superar la violencia de las reacciones la violencia y la intolerancia no son nuestro idioma”.
Algunos entienden que el fútbol y la política no se mezclan, otros pensamos que el amor por los colores (cualquiera sea) es más amplio que 90 minutos, que los clubes deben seguir siendo asociaciones civiles y nunca Sociedades Anónimas. Que el fútbol es mucho más que táctica, estrategia y competencia. Que es una herramienta para la inclusión social.
Llevar el pañuelo verde es un acto político, es sentar postura sobre una problemática real que tiene que ver con las muertes de mujeres por abortos clandestinos. Se convirtió en una parte más de nuestros cuerpos, una extensión. Es levantar la voz para decir que no queremos más mujeres muertas por abortar de forma clandestina y que “mi cuerpo, mi decisión”. El pañuelo, ese que se usó por primera vez en Rosario hace 15 años cuando lo trajeron desde Córdoba las representantes de la ONG Católicas por el Derecho a Decidir al Encuentro Nacional de Mujeres que se llevó a cabo en la ciudad y que este año tendrá en La Plata su edición número 34. El pañuelo verde que pide educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir. El pañuelo verde, un pedazo de tela que no le hace daño a nadie, pero que a muchos exaspera.