El papa Francisco aceptó la renuncia de otros dos obispos de Chile, país bajo investigación por los numerosos abusos sexuales cometidos por el clero, indicó este viernes el Vaticano en un comunicado.
La iglesia católica chilena está en el ojo de la tormenta por los escándalos de pedofilia y el papa argentino decidió hacer una limpieza tras recibir informes detallados luego de su visita en enero a ese país por la avalancha de denuncias de abusos cometidos por curas.
Los religiosos Carlos Eduardo Pellegrín Barrera, obispo de Chillán desde 2006, así como Cristián Enrique Contreras Molina, obispo de San Felipe, tuvieron que renunciar a sus cargos tras las denuncias por abusos sexuales contra ellos.
Desde agosto pasado la justicia chilena informó a las autoridades eclesiásticas de la apertura de una investigación contra el obispo de Chillán, de 60 años, tras una serie de acusaciones anónimas de abusos sexuales.
El obispo de San Felipe también está siendo investigado por la justicia chilena por abusos sexuales cometidos hace unos diez años.
La justicia italiana ha abierto 119 causas por casos de abusos sexuales y encubrimiento en el seno de la Iglesia católica y ha allanado varias sedes de obispados, algo poco usual en la historia de América Latina.
La Iglesia católica ha sido sacudida durante los últimos 25 años por numerosos escándalos de pedofilia en varios países, una verdadera espina para el pontificado de Francisco.
En mayo pasado los obispos chilenos, más de una treintena, presentaron su renuncia en bloque tras reunirse con Francisco, a quien víctimas y expertos piden que aplique la «tolerancia cero» contra la pedofilia.
El papa por ahora ha aceptado la renuncia de siete obispos chilenos, los cuales han sido sustituidos por administradores apostólicos.