El sumo pontífice cuestionó a los «bancos de especulación» y remarcó la necesidad de llevar a cabo «reformas profundas» que prevean la redistribución de la riqueza. En ese sentido instó a que «no se desmantele» el Estado social de derecho durante una audiencia a los participantes de la asamblea plenaria del consejo pontificio Justicia y Paz
El Papa Francisco alertó sobre el problema que surge del «desequilibrio» persistente «entre los sectores económicos, la remuneración, los bancos comerciales, los bancos de especulación, las instituciones y los problemas globales».
«Por una parte – indicó el Papa – hacen falta reformas profundas, que prevean la redistribución de la riqueza y la universalización de los mercados libres al servicio de las familias y por otra la redistribución de la soberanía, tanto en ámbito nacional como en el supranacional», resaltó.
En este marco, al referirse a los principales aspectos del sistema económico actual, el sumo pontífice destacó la necesidad de «una economía y un mercado que no excluya y que sea justo».
Francisco reiteró que los tres instrumentos básicos para la inclusión social de los más necesitados son «la educación, el acceso a la atención sanitaria y el trabajo para todos».
Para esto, aseguró «El Estado de derecho social no debe ser desmantelado, en particular el derecho fundamental al trabajo que no puede considerarse como una variable dependiente de los mercados financieros y monetarios», indicó.
«Las ideas que pretenden aumentar la rentabilidad a costa de la restricción del mercado del trabajo que crea nuevos excluidos, no son conformes con una economía al servicio de la humanidad y el bien común, ni con una democracia inclusiva y participativa’, concluyó.
Regresando a la encíclica »Caritas in veritate», el Papa ha recordado cómo ese documento destacaba el vínculo entre ecología del medio ambiente y ecología humana y cómo sus principios sean de gran actualidad.
»Un amor lleno de verdad es, efectivamente, la base sobre la que construir la paz hoy tan deseada y tan necesaria para el bien de todos. Permite superar fanatismos peligrosos, conflictos por la posesión de los recursos, migraciones de proporciones bíblicas, las plagas perdurables del hambre y la pobreza, la trata de personas, la injusticia y las desigualdades sociales y económicas, y el desequilibrio en el acceso a los bienes colectivos».
«La Iglesia -ha finalizado- está siempre en camino en busca de nuevas formas de anunciar el Evangelio también en el ámbito social».
Reunión de nuncios
El papa Francisco manifestó preocupación por los conflictos y el terrorismo en Medio Oriente, el tráfico de armas y la condición de los refugiados, al recibir a los nuncios de la región que realizan una cumbre en el Vaticano.
También invitó a «identificar iniciativas y acciones a diversos niveles» para manifestar la solidaridad de toda la Iglesia a los cristianos de Medio Oriente e «involucrar también a la comunidad internacional y todos los hombres de buena voluntad».
En las reuniones que comenzaron este jueves, participan los nuncios de Egipto, Israel, Jerusalén-Palestina, Jordania-Irak, Irán, el Líbano, Siria, Turquía, así como los representantes de la Santa Sede ante la ONU en Nueva York y Ginebra y ante la Unión Europea.
En representación de la Curia Romana, participan el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolinm, y el prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Fernando Filoni, a quien el papa envió al Kurdistán iraquí hace unos meses.
También están presentes responsables de otros dicasterios involucrados como el de la Congregación para las Iglesias Orientales, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y para la Unidad de los Cristianos, el Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, para los Emigrantes y Refugiados y el «Cor Unum».