La Iglesia no ignorará las «abominaciones» de los miembros del clero que cometieron abusos sexuales, declaró este viernes el papa Francisco en su mensaje de fin de año a la Curia Romana.
La Iglesia «no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes», dijo el pontífice argentino, sin precisar no obstante si se refería al sistema judicial interno en la Iglesia católica o a la justicia civil de cada país.
«La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso. Es innegable que algunos responsables, en el pasado, por ligereza, por incredulidad, por falta de preparación, por inexperiencia o por superficialidad espiritual y humana han tratado muchos casos sin la debida seriedad y rapidez. Esto nunca debe volver a suceder. Esta es la elección y la decisión de toda la Iglesia», insistió ante los más altos prelados de la Curia Romana (el gobierno del Vaticano).
El papa tuvo unas palabras especialmente duras contra los «hombres consagrados, que abusan de los débiles, valiéndose de su poder moral y de la persuasión».
«Cometen abominaciones y siguen ejerciendo su ministerio como si nada hubiera sucedido; no temen a Dios ni a su juicio, solo temen ser descubiertos y desenmascarados», denunció el pontífice.
«Desgarran el cuerpo de la Iglesia», aseveró.
Detrás de una apariencia de «gran amabilidad» y de «rostro angelical», algunos hombres de la Iglesia «ocultan descaradamente a un lobo atroz listo para devorar a las almas inocentes», deploró.
El Papa instó sin embargo a diferenciar entre los verdaderos casos de abusos sexuales y las calumnias sin fundamento, dentro de la Iglesia pero también en otras esferas de la sociedad.
«A los que abusan de los menores, querría decirles: convertíos y entregaos a la justicia humana, y preparaos a la justicia divina», dijo el papa Francisco, en un llamado directo a los agresores a entregarse a la justicia civil de sus países.