El papa Francisco pidió este miércoles de forma inesperada «perdón» por los escándalos recientes en Roma y el Vaticano, tras controversias por la homosexualidad de varios importantes prelados.
Ante los miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro para asistir a la audiencia general, el papa pronunció su doloroso «mea culpa», palabras que no formaban parte del discurso preparado.
«Quisiera, en nombre de la Iglesia, pedirles perdón por los escándalos recientes que tuvieron lugar en Roma y en el Vaticano.
Les pido perdón», dijo Francisco. «Es inevitable que se produzcan escándalos, pero ay de aquel por quien viene el escándalo», agregó, citando un pasaje de la Biblia.
El pontífice, de 78 años, que habló con tono serio, no precisó a cuales escándalos se refería.
El jefe de la Iglesia católica preside desde hace una semana el sínodo de obispos de todo el mundo cuyos debates se han visto eclipsados por varios escándalos.
«A propósito de los escándalos de los que habló el papa, no se refería a políticos, ni al alcalde de Roma, ni al sínodo de obispos que se celebra en Vaticano, si acaso se refería a asuntos que sacuden y perturban a los fieles, de ejemplos negativos que aparecen en los medios de comunicación», explicó el portavoz del Vaticano.
Curas homosexuales
Para algunos medios de prensa italianos, el papa se refería a las revelaciones de un prelado polaco de 43 años, Krysztof Olaf Charamsa, alto funcionario del Vaticano, quien confesó su homosexualidad y presentó a su pareja la víspera de la apertura del sínodo.
Charamsa, miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue despedido de inmediato, pero su anuncio añadió leña al fuego en el debate entre conservadores y liberales sobre la relación de la Iglesia con los homosexuales.
El diario Il Corriere della Sera sostiene que el papa se refería también al caso que estalló el domingo en una céntrica iglesia de Roma, sede de la Orden de los Carmelitas Descalzos, por una carta enviada por cien fieles en la que denunciaban a un importante prelado de la orden por su agitada vida sexual con homosexuales.
También la divulgación de una carta privada enviada al papa por un grupo de cardenales rebeldes contra su política de apertura recordó el martes el ambiente de intriga que rodeó el escándalo «Vatileaks» en 2012, cuando el mayordomo del papa Benedicto XVI reveló las feroces disputas en el seno de la curia y los presuntos fraudes cometidos por la administración vaticana.
Muchos observadores pensaron que el pontífice se refería a ello, pero Lombardi lo desmintió.
«Si el Papa emplea una fórmula de carácter amplio y general, como quiso, no es mi tarea ajustarla de otro modo», advirtió Lombardi.
El portavoz del papa negó claramente que Francisco se refiriera a la estocada que lanzó contra el alcalde de Roma, Ignazio Marino, al negar enfáticamente haberlo invitado a Filadelfia durante su viaje a Estados Unidos.
Muchos consideran que las declaraciones del papa sobre Marino, que muchos interpretaron como una muestra de desprecio, contribuyeron a la renuncia el lunes del alcalde.
«Se refería a hombres de la Iglesia», precisó Lombardi. A pocos meses de la apertura del Jubileo, un año especial que la Iglesia dedica a la misericordia, Francisco pidió perdón ante los creyentes, tal como lo hizo Juan Pablo II en 2001 cuando pidió 100 veces perdón por los errores «históricos» cometidos por la Iglesia católica, desde las cruzadas hasta el genocidio de los indios de América.