El papa Francisco pidió a los países más ricos que tomen «medidas más ambiciosas» a favor del ambiente ya que tienen una «deuda ecológica» con el mundo, al tiempo que lamentó que «son los más pobres entre nosotros» quienes más sufren las consecuencias del cambio climático, como sequías e inundaciones.
«No se puede dejar de reconocer la existencia de una deuda ecológica de las naciones económicamente más ricas, que son las que más han contaminado en los dos últimos siglos», planteó hoy el pontífice en el mensaje que dio a conocer el Vaticano de cara a la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación que se celebra el 1º de septiembre.
Esa situación, planteó el Papa, «las obliga a tomar medidas más ambiciosas tanto en la COP27 como en la COP15», en referencia a las próximas cumbres ambientales que se harán este año en Egipto y en Canadá.
«Esto implica, además de una acción decidida dentro de sus propias fronteras, mantener sus promesas de apoyo financiero y técnico a las naciones económicamente más pobres, que ya están soportando el peso de la crisis climática», argumentó el pontífice.
En ese marco, Jorge Bergoglio consideró que «debería considerarse urgentemente la posibilidad de conceder más ayudas financieras para la conservación de la biodiversidad».
En ese sentido, el Papa convocó a «convertir los modelos de consumo y producción, así como los estilos de vida, en una dirección más respetuosa con la creación y con el desarrollo humano integral de todos los pueblos presentes y futuros».
En su mensaje, el Papa pidió «un desarrollo fundamentado en la responsabilidad, en la prudencia/precaución, en la solidaridad y la preocupación por los pobres y las generaciones futuras».
Según Francisco, a causa «de nuestros excesos consumistas» y su efecto sobre el ambiente, «son los más pobres entre nosotros los que gritan» por la degradación de la Tierra.
«Expuestos a la crisis climática, los pobres son los que más sufren el impacto de las sequías, las inundaciones, los huracanes y las olas de calor, que siguen siendo cada vez más intensos y frecuentes. Además, gritan nuestros hermanos y hermanas de los pueblos nativos», lamentó.
Para Francisco, «debido a los intereses económicos depredadores, sus territorios ancestrales están siendo invadidos y devastados por todas partes».
Por último, en un referencia a los conflictos actuales, Bergoglio sostuvo que «el estado de degradación de nuestra casa común merece la misma atención que otros retos globales como las graves crisis sanitarias y los conflictos bélicos».