El papa Benedicto XVI ha pedido a los jóvenes que hagan «un buen uso» de las redes sociales de internet, para que éstas no sean un instrumento «que reduce a las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás». Además subrayó que internet no puede sustituir el contacto directo entre las personas embargo y precisó que es «necesario evitar los peligros, como refugiarse en una especie de mundo paralelo o la excesiva exposición al mundo virtual».
El Pontífice así lo ha manifestado en un mensaje publicado hoy con vistas al 45º Día Mundial de las Comunicaciones Sociales 2011, que se celebrará el 5 de junio próximo.
El tema elegido por el Pontífice para este mensaje es «Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital» y en él subraya la necesidad de respetar la verdad en una época, como la actual, «dominada y muchas veces condicionada por las nuevas tecnologías».
El Obispo de Roma afirma que las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma, por lo que hay que ponerlas al servicio del bien de la persona y de la humanidad entera.
«Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano», señaló el Papa.
El Pontífice agregó que las nuevas tecnologías propician que la comunicación no se reduzca a un intercambio de datos, sino que se desea compartir, pero advirtió ante la tendencia de muchos «a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior y el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia».
El Papa exhortó a los usuarios de las redes sociales a «evitar riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual».
Según el Pontífice, el anhelo de compartir, de establecer «amistades», implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio «perfil» público.
En su mensaje señaló también que las nuevas tecnologías permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, permitiendo «un mundo nuevo de amistades potenciales», pero que ello obliga al ser humanos a hacerse nuevas preguntas.
«¿Quién es mi «prójimo» en este nuevo mundo?, ¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida diaria?, ¿Podemos caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo «diferente» al que vivimos? ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas?, se pregunta el Pontífice.
Benedicto XVI responde que el contacto virtual «no puede y no debe sustituir el contacto humano directo» y que también en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona auténtica y reflexiva.
El Papa se mostró a favor de difundir el Evangelio a través del mundo digital y que comunicarlo no significa poner sólo contenidos religiosos en la red, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital.
Agregó que los cristianos deben dar a conocer el Evangelio en su integridad, sin desvirtuarlo, «ya que su verdad no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre», precisó el Papa.
Dirigiéndose directamente a los jóvenes, Benedicto XVI les exhortó a comunicar con «integridad y honradez» y animó a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital, destacó el Pontífice.
La Jornada Mundial de la Juventud de Madrid se celebrará del 16 al 21 de agosto próximo y Benedicto XVI acudirá a la capital de España para presidirla.
El Día Mundial de las Comunicaciones Sociales fue creado por la Iglesia hace ya 44 años para reflexionar sobre la importancia y la influencia de esos medios en el mundo actual y lo celebra todos los años el domingo antes de Pentecostés, este año el 5 de junio.
El mensaje papal se publica el 24 de enero por ser la festividad de San Francisco de Sales, el patrón de los periodistas.