El papa Francisco aprobó que sea revocada una sanción eclesiástica contra el sacerdote, poeta y militante sandinista, Ernesto Cardenal, quien podrá volver a dar misa después de 35 años de censura.
La Santa Sede levantó la “suspensión a divinis” que pesaba desde la década del 80 sobre el ex ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua.
Cardenal, de 94 años, se encuentra hospitalizado desde la semana pasada por una afección renal, y estaba impedido de administrar los sacramentos tras la sanción.
Esa pena prohíbe al presbítero sancionado cumplir con todas las actividades propias del ministerio sacerdotal. Cardenal, de la congregación misionera Marynkoll, permanecía en esa condición desde el año 1984, cuando el papa Juan Pablo II lo castigó por su integración al gobierno sandinista.
El hecho más recordado de este caso ocurrió cuando el papa Juan Pablo II amonestó públicamente a Cardenal en el aeropuerto Augusto Sandino, durante su primera visita a Managua. Fue “injusta la reprimenda del Papa”, consideró Cardenal en su libro “La Revolución Perdida”, merecedor del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2012.
El religioso aceptó desde el principio la reprimenda y aunque permaneció como miembro de la propia sociedad misionera, se alejó de toda actividad pastoral. Desde hace tiempo había abandonado su labor política.
La revocatoria llegó luego de que el propio interesado escribiese una carta al papa Francisco manifestando su deseo de “volver a celebrar la santa eucaristía antes de morir”.
Francisco respondió afirmativamente a su solicitud y dejó al superior de la congregación seguir su proceso de reintegración en el ministerio sacerdotal.
Nacido el 5 de febrero de 1933 en Granada, Nicaragua y ordenado sacerdote en 1961, Cardenal fue uno de los exponentes de la Teología de la Liberación latinoamericana.
En 1977 se sumó al Frente Sandinista de Liberación Nacional y tras la victoria de ese movimiento dos años después se sumó al gobierno encabezado por Daniel Ortega junto con otros sacerdotes, como el también poeta Ernesto Cardenal.
Permaneció en el gobierno hasta 1990, siempre como ministro de Relaciones Exteriores. En el año 2008 presidió la sesión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas.