«Quiero decir antes que nada que robar estos documentos es un delito. Es una equivocación. Es un acto deplorable y que no ayuda», agregó el Papa, al referirse a la filtración de documentos económicos del Vaticano, que se publicaron en dos libros, y por lo que fueron detenidos el pasado fin de semana el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda y la italiana Francesca Chaouqui.
Tras el rezo del Ángelus, el Papa se dirigió a los fieles y dijo: «Sé que muchos de vosotros estáis turbados por las noticias que han circulado en estos últimos días a propósito de documentos reservados de la Santa Sede que han sido sustraídos y publicados», reproduce la agencia EFE.
En las primeras palabras de Francisco sobre este escándalo, indicó que él mismo había «pedido hacer ese estudio» (sobre las finanzas vaticanas) y que tanto él como sus colaboradores estos documentos «ya los conocían bien».
Y aseguró que «ya se han tomado medidas que están dando sus frutos».
«Pero quiero deciros que este triste hecho no me desvía ciertamente del trabajo de reformas que estamos realizando junto con mis colaboradores y con el apoyo de todos vosotros», añadió Jorge Bergoglio.
El pontífice argentino señaló que «la Iglesia se renueva con la oración y con la santidad cotidiana de cada bautizado».
Pidió a los fieles que recen por él y por la Iglesia «sin dejarse turbar y siguiendo adelante con confianza y esperanza».
El llamado caso «Vatileaks 2» -en referencia al anterior caso por el que fue condenado el mayordomo de Benedicto XVI, Paolo Gabiele, por robo y divulgación de documentos- estalló el pasado lunes cuando se comunicó la detención del sacerdote español y de la relacionista pública italiana.
Ambos fueron detenidos el pasado fin de semana dentro de la investigación abierta tras comprobar que se habían filtrado documentos de carácter económico considerados reservados por la Santa Sede y que estos aparecerían en dos libros que se publicaron el jueves: «Via Crucis», de Gianluigi Nuzzi, y «Avarizia», de Emiliano Fittipaldi.
El sacerdote español, de 54 años, fue secretario de la ya disuelta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (Cosea), que el papa creó para investigar el estado de la finanzas, y varios documentos producidos por este organismo aparecen en estos libros.
Vallejo Balda, por el momento, está en detención preventiva en el edificio de la Gendarmería vaticana.
Mientras que la ex relacionista pública, quien fue miembro del Cosea, fue puesta en libertad y a disposición de la magistratura.
Ambos están a la espera de que se terminen las investigaciones preliminares y se formulen los cargos.
En el comunicado del Vaticano del pasado lunes se recordó que «las investigaciones continuaban» y que «la divulgación de noticias y documentos reservados es un delito» contemplado en la legislación del Estado de Ciudad del Vaticano.
Un delito en el que se prevén penas de hasta ocho años de reclusión.