El Papa Francisco salió de la Nunciatura hacia el aeropuerto de la ciudad de México para viajar por avión hacia Morelia, capital del estado sureño de Michoacán, ubicado a 300 kilómetros de distancia, donde hablará ante jóvenes y se reunirá con religiosos.
El Pontífice, a bordo de un auto cubierto escoltado por motociclistas y por más de una decena de vehículos con su séquito y la seguridad, saludó a los fieles apostados a las orillas de la ruta que le pidieron su bendición.
La ciudad de Morelia es uno de los referentes de la belleza de arquitectura en México, pero también un sitio marcado por la violencia como capital del estado de Michoacán, maltratado por años por el crimen organizado.
Situada en el centro del país, Morelia ha sido escenario de numerosos hechos violentos en los últimos años, entre ellos el atentado terrorista del 15 de septiembre de 2008, cuando los habitantes celebraban el aniversario 198 del inicio de la gesta independentista de México.
Ese día el centro de la ciudad fue atacado con dos granadas de fragmentación que dejaron ocho muertos y más de un centenar de heridos, un saldo que se sumó al de una espiral de crímenes relacionados con el narcotráfico y con la delincuencia común.
Michoacán registra en lo que va de año un promedio de tres muertes por balaceras cada día; en la capital, donde está la mayor concentración de fuerzas de seguridad, el drama es menor, pero la ciudad también ha recibido duros goles.
Con 274 kilómetros de litoral en el Pacífico, Michoacán es uno de los sitios preferidos de los delincuentes para el tráfico de droga a Estados Unidos. Si bien las autoridades han insistido en el desmoronamiento del cártel de la Familia michoacana, el territorio no está libre del crimen organizado.
Según la Procuraduría General de la República (fiscalía), en Michoacán operan las bandas de los Caballeros Templarios, la Familia, Guerreros Unidos, los Viagras y los cárteles Jalisco Nueva Generación, del Golfo y de Sinaloa, cuya presencia pone en jaque a las autoridades.
Consecuencia de la violencia de los cárteles, en 2013 surgieron en la zona los grupos de autodefensa, formados por civiles que se armaron para combatir a los delincuentes y cuya disolución anunció este mes el gobernador Silvano Aureoles.
Como sucede en muchos sitios principales de México, en Morelia el pontífice se moverá en una ciudad de contrastes, hermosa, pero que estuvo hasta hace poco en una lista negra de las autoridades estadounidenses que aconsejaban a sus ciudadanos no visitarla a causa de la violencia criminal.