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El paro general demostró un fuerte rechazo a las políticas del macrismo

La huelga de la CGT tuvo alta adhesión en todo el país pese a los intentos del gobierno por querer desacreditarla mostrando las pérdidas económicas que generó y atribuyéndola a motivos electorales. “Espero que este mensaje lo haga reflexionar al presidente Macri”, advirtió Hugo Moyano

Una amplia adhesión registró este miércoles el sexto paro nacional llevado adelante en contra de las políticas de la gestión del presidente Mauricio Macri, en el que fue clave la falta de transporte público de pasajeros, ya que los gremios del sector se sumaron a la medida de fuerza.

Desde el gobierno nacional intentaron ningunear la huelga convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y adhirieron el Frente Sindical para el Modelo Nacional del líder camionero Hugo Moyano, las dos CTA y organizaciones sociales y políticas, utilizando argumentos económicos o electorales.

“El paro fue muy efectivo”

En una conferencia de prensa en la sede gremial de los Choferes de Camiones, Moyano advirtió con nuevas medidas de fuerza si el gobierno que encabeza Macri mantiene sus políticas. «Espero que este mensaje que le da la sociedad lo haga reflexionar al presidente, si no, no le veo un destino importante a Macri», sostuvo el líder sindical.

Además, y ya pensando en el proceso electoral, Moyano pidió a los trabajadores que «no se vuelvan a equivocar» cuando concurran a las urnas. «Estos paros no se hacen por capricho de los dirigentes, sino por necesidad», aseguró.

«El paro ha sido muy efectivo, muy importante», sostuvo, y agregó: «Esto es una demostración más del rechazo» que producen las políticas que impulsa el gobierno nacional.

Moyano se expresó en sintonía con la cúpula de la CGT, encabezada por Héctor Daer y Carlos Acuña, quienes en otra rueda de prensa, en la sede de la central obrera resaltaron que la medida de fuerza alcanzó un «acatamiento contundente».

Aunque Acuña, uno de los dos secretarios generales de la CGT, sostuvo que el paro «no es político» y que «no es contra nadie» en particular: «Es un reclamo para que la situación cambie y que nuestro trabajo pueda ser digno».

“Ninguneo” oficialista

Cambiemos optó por remarcar la parte económica, al evaluar que la medida de fuerza ocasionó pérdidas superiores a los 40.000 millones de pesos; mientras que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, disparó: «Estamos hartos de los paros».

Estas pérdidas, de las que dio cuenta el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, a través de una conferencia de prensa en la quinta presidencial de Olivos, significan un 0,22 por ciento del PIB anual de la Argentina.

En tanto, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, enmarcó la protesta en la campaña electoral: «El paro tiene más que ver con algunas posiciones políticas de algunos dirigentes sindicales de cara al cierre de listas que con una manifestación genuina y con el descontento de lo que está pasando», desmereció.

Hasta hubo una insólita interpretación, por cuenta del diputado del radicalismo por Tucumán José Cano, quien lanzó que el paro «tiene que ver más con la identificación política» de los dirigentes sindicales «con la fórmula que integra la ex presidenta» Cristina Fernández de Kirchner que «con los reclamos» de los trabajadores.

Réplica en todo el país

En Capital Federal, desde temprano, militantes de izquierda y piqueteros se movilizaron en busca de cortar los accesos a la ciudad y se enfrentaron con efectivos de seguridad en Avellaneda. Allí, en cercanías del Puente Pueyrredón, el Ministerio que encabeza Bullrich desplegó una voluminosa valla hidráulica con la intención de evitar que los manifestantes se abalanzaran sobre las fuerzas del orden.

La cartera de Seguridad organizó un dispositivo similar para el cruce de la ruta 197 y la autopista Panamericana, dijo Bullrich, que precisó que eran de origen chino los camiones con las vallas hidráulicas empleados ayer.

En Rosario, hubo se realizaron dos movilizaciones, una en la Bolsa de Comercio y otra en la plaza 25 de Mayo. Así es que miles de rosarinos se volcaron a las calles para manifestar su descontento con las políticas del macrismo.

La adhesión a la medida de fuerza fue total y el centro de Rosario pudo sin su habitual movimiento comercial. No hubo actividad en las reparticiones públicas, ni en escuelas, bancos, comercios, transporte, entre otros rubros, que redundaron en un alto nivel de acatamiento.

La falta de transporte resultó determinante para que el paro general se sintiera realmente con fuerza tanto en el área metropolitana de Buenos Aires como en el interior del país.

En la Capital Federal y el conurbano, numerosos comercios permanecieron con las persianas bajas, en tanto en las calles únicamente circularon automóviles particulares y taxis conducidos en casi todos los casos por sus dueños.

En el sector público la paralización de actividades alcanzó niveles significativos en todo el país.

En las principales ciudades del país se dio un panorama similar: en Córdoba, Mendoza y Salta la huelga también se sintió con fuerza.

La medida de fuerza afectó no sólo el transporte urbano, sino también al sector aeronáutico, micros de larga distancia, movimiento marítimo y, al incluir a Camioneros, tampoco hubo transporte de mercaderías ni de caudales, ni recolección de residuos.

Tampoco se registró atención en bancos ni en dependencias públicas, ni funcionaron escuelas, universidades. Finalmente, el paro afectó además a plantas industriales metalúrgicas, automotrices, de alimentación, textiles y calzado.

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