La Justicia condenó al agente de Policía Gustavo Alberto B. por daños y perjuicios sobre Iván B., quien resultó lesionado cuando el auto en el que viajaba fue embestido por un patrullero conducido por el uniformado. El hecho sucedió en 2007 en la intersección de Córdoba y bulevar Avellaneda. El patrullero iba a atender una emergencia y pasó el semáforo en rojo. Las pericias técnicas sobre el auto policial determinaron que tenía las balizas estropeadas. Esas luces, junto con las sirenas, son dos de los requisitos obligatorios para cuando las unidades se trasladan por una emergencia y tienen prioridad de paso. Entonces, la jueza Mariana Varela, a cargo del Tribunal de Responsabilidad Extracontractual Nº 1, entendió que tanto el agente como el gobierno de Santa Fe, autoridad que lo ampara, deberán resarcir al automovilista embestido con unos 150 mil pesos.
En la madrugada del 15 de diciembre de 2007, el Fiat Palio gris conducido por Iván B., por entonces de 29 años, llegó a la esquina de Avellaneda y Córdoba. En ese mismo vehículo viajaban Martín G. y Gonzalo S. Fueron embestidos cuando cruzaban la bocacalle por el patrullero número 3.197 de la Policía de Santa Fe que los chocó en la parte lateral izquierda. Según testigos, el semáforo estaba en verde y daba paso al Palio.
Como consecuencia de la colisión los jóvenes sufrieron heridas y fueron atendidos por personal de una ambulancia del Servicio Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies) y de un servicio privado. Luego fueron trasladados a distintos centros de salud.
A Iván B. le diagnosticaron neuritis del nervio intercostal postraumático toráxico, dolencia que le ocasionó una incapacidad del 2 por ciento, por lo que pidió un resarcimiento de 12 mil pesos. Los peritos estimaron que su economía no estuvo afectada más allá de tener que arreglar el auto, lo que implicó unos 16.500 pesos.
La jueza oyó el relato de los testigos y evaluó las pruebas presentadas. Dos personas declararon que el móvil, conducido por el agente Gustavo B., acompañado por el agente Claudio C., no tenía prendidas las balizas. Otros apuntaron que si bien no tenía esas luces encendidas, sí tenía la sirena prendida. La intersección, según un perito, estaba bien iluminada y con el semáforo en normal funcionamiento y no en modo intermitente.
De acuerdo con el escrito de la jueza, el patrullero estaba en un operativo de emergencia (en camino a Lavalle e Ituzaingó) y gozaba de la prioridad de paso dispuesta por el artículo 57 de la ordenanza Nº 6543 y el artículo 61 de la ley nacional de Tránsito Nº 24449.
“La preferencia de paso, que autoriza a los vehículos de emergencia a no respetar las normas referentes a circulación y velocidad, requieren del cumplimiento de dos requisitos: el uso de las sirenas y las balizas distintivas de emergencia en funcionamiento”, indica el fallo, y agrega: “El cruce del semáforo sin luz habilitante y sin el uso de las balizas configuró una causal que no encuadra en la normativa señalada”.
Donan fianza al Vilela
La Justicia destinó 5 mil pesos obtenidos de una fianza a la Fundación del Hospital de Niños Víctor J. Vilela para la compra de elementos de trabajo del servicio de anatomía patológica, según lo dispuso la fiscal Paola Aguirre. El monto provino de un hombre que fue detenido con un arma en la vía pública, y al que se le impuso una fianza para su detención domiciliaria. Vega fue detenido por portar un arma en la intersección de Centeno y Patagones en un procedimiento realizado por Gendarmería el 3 de octubre del año pasado.