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El PDP apuesta a crecer

La secretaria general de la Junta nacional del Partido Demócrata Progresista, Ana Copes, analizó la actualidad del partido en el año de su centenario. “Es una voz necesaria para el país en esta restitución de la República”, afirmó la dirigente.

“Es un momento crítico en la vida institucional del país y me parece que una fuerza política como el Partido Demócrata Progresista (PDP), que tiene una trayectoria de 100 años y que por lo tanto puede mostrar una vigencia de un ideario por encima de los nombres, puede contribuir con su voz, con sus hombres y mujeres, con su ideario, a recuperar la República, que es lo que nos estamos debiendo los argentinos después de 30 años de democracia”. La frase pertenece a la dirigente de la localidad de Esperanza Ana Copes, quien recientemente fue designada como secretaria general de la Junta nacional del PDP y, en diálogo con El Ciudadano, reflexionó acerca de la actualidad partidaria y el año electoral que se avecina.

—Tras cumplir 100 años , ¿cuál es el presente del PDP?

—Hay mucho por hacer, el partido tiene que crecer, más en momentos en los que hablamos de crisis de las instituciones. Hoy los valores no están en la cima de la escala social, esos procesos también han afectado a los partidos políticos. Hoy la política no tiene entre buena parte de la población una buena imagen, entiendo que tiene que ver con esos procesos de desinstitucionalización, pero también por la inconducta de algunos políticos. Vemos que el ciudadano siente que la ciudadanía se licua en el mero votante o que los partidos políticos se transforman en coaliciones para acceder al poder, en meros gestores de cargos. Hay una falta de identidad creciente en sus propuestas, justamente porque no hay identificación con los principios que fundaron cada uno de los partidos.

Justamente es lo que hay que recuperar, porque las democracias fuertes se construyen a partir de partidos fuertes y lo fuerte de esta democracia no está en el poder de los políticos, está justamente en la fortaleza de sus instituciones. El PDP es un partido que ha tenido sus avatares pero ha sobrevivido durante 100 años en el sentido de la vigencia de sus ideas, es un partido que tiene figuras inspiradoras, que tiene una trayectoria, un ideario de avanzada. Justamente lo que el PDP tiene que hacer es crecer, porque es una voz necesaria para el país en esta restitución de la República.

—En el terreno electoral, se acerca el 2015. En Santa Fe, ¿cómo va a jugar el PDP? Teniendo en cuenta a los grandes partidos del Frente Progresista como la UCR o el PS.

—El Frente Progresista está consolidado en Santa Fe, lo importante ha sido en su momento haberle dado a la ciudadanía la alternativa de conocer la alternancia en el poder después de 24 años de una misma experiencia política con el justicialismo.

Justamente, la buena imagen de los partidos políticos se logra con buenos políticos y con buenas políticas. En eso estamos empeñados en el PDP, en ofrecer las mejores propuestas y la mayor cantidad de listas a presidentes comunales, a concejales, a intendentes y seguramente en todos los órdenes vamos a tratar de participar con una propuesta que responda al ideario progresista, con los mejores hombres y mujeres que tenemos.

—La consultaba por dos experiencias recientes pero distintas. En 2011 usted acompañó a un sector del PS siendo candidata a vicegobernadora de Rubén Giustiniani y enfrentando en las Paso a otras opciones del frente; y en 2013, en cambio, fue candidata a diputada nacional en una lista de unidad. ¿Cómo se imagina que esta vez se puede definir?

—En general, la experiencia de las Paso me parece importante porque de alguna manera se socializan o se democratizan esas decisiones con relación a la elección de quiénes son los candidatos, sobre todo cuando se trata de una coalición de fuerzas. Lo que visualizo para el año próximo –es mi deseo en forma personal– es que haya un buen diálogo entre las distintas fuerzas políticas y que se arriben a los consensos necesarios. De todas maneras, si hay diferentes expresiones políticas dentro del Frente, me parece un ejercicio sano para la democracia. Siempre que se haga en un clima de respeto y de cordialidad, me parece constructivo.

 

La discusión presidencial

—En el plano nacional, hay algunos sectores del PDP que están más cerca de Mauricio Macri.

—La discusión acerca de cuál va a ser la posición del PDP en relación a la candidatura de presidente y vice, que de eso estamos hablando, es una cuestión que se va a discutir en un Congreso nacional. No es una preocupación en estos momentos, hace muy poco que asumí la Secretaría general y estamos abocados a que crezca el PDP. Okala pudiéramos llevar candidato propio.

—¿Tiene alguna preferencia por los precandidatos lanzados?

—Me parece que la preferencia tiene que estar dada por el programa. Porque esta mala imagen que tiene la política se combate con buena política. Cuando algunos se presentan como representantes de la apolítica, en realidad eso no es una buena oferta para la ciudadanía.

 

«El kirchnerismo ha reeditado lo peor de nuestra historia cultural latinoamericana»

—¿Qué análisis hace sobre el incremento de la violencia y de la inseguridad en la provincia?

—Es una preocupación real, es una preocupación que obliga a aunar esfuerzos. He visto de parte del gobierno provincial el esfuerzo de coordinar acciones con el gobierno nacional porque esto excede evidentemente a la provincia. De todas maneras, es un tema complejo porque tiene muchísimas raíces. Y esas raíces tienen que ver en definitiva con algo que se llama violencia.

Esa violencia, como diría Hannah Arendt, es muda, empieza donde termina la palabra. Y la política es justamente la palabra, pero no es cualquier palabra, es la palabra que puede dialogar, que persuade, que argumenta para construir la verdad, crea el derecho, imparte justicia. En este incremento de la violencia también hay una cuota del fracaso de la palabra y, por qué no, de algunos políticos. Hoy los valores no se están colocando en una misma escala, ya no hacen a la cohesión social: las leyes están, pero ¿qué pasa cuando no hay sanción para quien las incumple? Reina la impunidad y parece letra muerta. ¿Qué pasa cuando el poder político pretende intervenir el Poder Judicial? La justicia pasa a ser discrecional. Entonces es un tema complejo porque hay que abordarlo por múltiples elementos y hay que recuperar para la política un lugar de grandeza, de acción, porque cuando se transforma en mero pragmatismo suceden las cosas que están sucediendo.

—El gobierno nacional no ha contribuido a bajar esa escalada de violencia?

—No, obviamente que no. Para mí el kirchnerismo ha reeditado lo peor de nuestra historia cultural latinoamericana, que tiene que ver con esa percepción de que el distinto no es distinto sino desigual. En realidad somos todos distintos por suerte, pero asociar diferente a desigual es una cuestión que está en la base de todos los sistemas de exclusión. O sea, porque él piensa distinto de mí, es desigual a mí y en definitiva es un enemigo a vencer. Esto lo veo en la base de mucha de la soberbia por parte de la presidenta, lo veo en los atropellos de los Larroque, los Cabandié, Los Conti, en la prepotencia de La Cámpora. De todo lo que nos va a dejar este gobierno, que es mucho y malo, lo peor es justamente la división y el no respeto por las instituciones.

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