Ezequiel Nieva
La oposición logró imponer anoche su propio proyecto de presupuesto y reforma tributaria y de ese modo el gobierno de Hermes Binner comenzará 2010 con un cálculo de recursos distinto del que originalmente diagramó el ministro de Economía Ángel Sciara. El mayor cambio introducido por los senadores del PJ es la exención de Ingresos Brutos para la industria y la construcción, actividades a las que el Frente Progresista Cívico y Social quiso gravar con una alícuota del 0,5 por ciento. También se limita la posibilidad de endeudamiento, sujetándolo sólo al pago de salarios y con un tope de 250 millones.
La sanción del presupuesto demandó una larga jornada en la Legislatura provincial. Las negociaciones entre oficialismo y oposición –e incluso al seno del propio oficialismo– se sucedieron durante toda la mañana y buena parte de la tarde. Recién a las 19 comenzó la sesión en la Cámara de Diputados; en un trámite veloz, la mayoría oficialista insistió con el proyecto original votado el 11 de diciembre y lo aprobó, aunque por mayoría simple.
Salvo el diputado Alberto Cejas, que pidió abstenerse argumentando que ninguno de los dos proyectos soluciona en forma definitiva los reclamos salariales que comenzarán a hacerse públicos en las primeras semanas del año, el resto de los opositores votó en forma negativa. Pero al oficialismo le alcanzó para volver a aprobar el mensaje original. De inmediato, el Senado trató sobre tablas su propio proyecto, sancionado en esa cámara el miércoles 23: con los votos de sus 14 senadores, el PJ se impuso al Frente Progresista, que en esa cámara tiene sólo cinco representantes.
Ambas votaciones se resolvieron en menos de media hora. La Cámara de Diputados había pasado a un cuarto intermedio a la espera de lo que resolviera el Senado; cerca de las 20 se retomó la sesión, ya con el escenario definido. Como el oficialismo no cuenta con los dos tercios necesarios en la Cámara baja para darle sanción definitiva al proyecto de Binner y Sciara, quedó firme el dictamen elaborado por el Senado, delineado por el ex ministro de Hacienda Juan Carlos Mercier.
Claro que antes hubo un largo y encendido debate. El jefe de la bancada oficialista, Raúl Lamberto, anunció que su bloque insistiría con el proyecto original. Luego el radical Carlos Fascendini auguró que con los cambios introducidos en el presupuesto por los senadores del PJ no sólo no se resolverán los reclamos salariales de los estatales –que entre enero y febrero se harán públicos– sino que además derivará en dificultades financieras para la provincia “en muy poco tiempo”.
Fascendini cargó las tintas –aunque sin aludir en forma directa– sobre los sectores de la economía que se muestran reacios a pagar impuestos: la construcción y la industria, principalmente. Luego, el legislador oficialista se quejó porque “por primera vez desde la recuperación de la democracia” el gobierno no podrá contar con su propio presupuesto.
El justicialista Ricardo Peirone fue el vocero de la oposición. “Cuando el oficialismo era minoría, en la gestión anterior, jamás nos dio el voto positivo para el presupuesto”, disparó al principio de su discurso. Peirone explicó que los cambios que introdujeron en el proyecto original responden a las necesidades de la sociedad
Después habló el radical Santiago Mascheroni. Fue el más duro de los discursos. Aseguró que la propuesta del justicialismo está basada en “criterios fiscalistas y de recortes”. “Éste es el presupuesto de Mercier”, definió Mascheroni. “La pregunta hoy, no en febrero o marzo, es cómo vamos a hacer para abordar los compromisos salariales”.
Antonio Riestra y Lamberto, de nuevo, completaron la lista de oradores. Acabado el tiempo de las palabras, cerca de las 21:30, se realizó la votación. El oficialismo logró 26 votos para el proyecto original –de los 28 diputados del Frente Progresista, no estuvieron en la sesión ni Mónica Peralta ni Marcelo Brignoni–, mientras que la oposición votó unida –obeidistas, reutemanistas y kirchneristas– y logró 19 votos. Se abstuvo solamente el diputado Cejas.