Julio El Ali / Télam
La avanzada judicial contra Cristina Fernández de Kirchner en el juicio por la obra pública en Santa Cruz unificó esta semana a la coalición del Frente de Todos, con la presencia de la militancia y la dirigencia en las calles y un llamado a estar en “estado de alerta y movilización” para unificar estrategias y organizar una masiva marcha en respaldo a la vicepresidenta.
“Todos unidos, en alerta y movilizados en las calles triunfaremos”, asoma como el nuevo lema del peronismo readaptado a los tiempos pospandemia y frente a un proceso judicial que transita en cuenta regresiva contra la principal referente del peronismo con un pedido de la Fiscalía para que le dicten una pena de 12 años de cárcel y la inhabiliten de por vida para ejercer cargos públicos.
El escenario, aseguran referentes del FdT y analistas del peronismo, configura un escenario que puede derivar en “otro 17 de Octubre”.
“Todos unidos triunfaremos”, reza la mítica marcha, una convocatoria que se resignifica por el momento que vive el PJ con la situación judicial de la ex presidenta, a quien los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola acusaron de ser “jefa de una asociación ilícita” en el juicio por la obra pública vial de Santa Cruz y para quien pidieron 12 años de prisión y la inhabilitación para ejercer cargos públicos.
El alegato de los fiscales contra Fernández de Kirchner impactó como una bomba en el seno del FdT, aunque en vez de volar por los aires generó el efecto contrario, ya que la onda expansiva unió a todos los sectores de la coalición, hasta los más distanciados.
Así, de forma espontánea, las pujas por posicionamiento o las contradicciones ante la coyuntura, atenuadas en esta nueva etapa del gobierno tras la llegada de Sergio Massa, y pensando en posibles candidaturas en las elecciones del próximo año, se esfumaron y todos los sectores se alinearon detrás de la defensa de la vicepresidenta.
En una ocasión inédita que no se recuerda en las últimas décadas, el Partido Justicialista a nivel nacional, el PJ de la provincia de Buenos Aires y el de la ciudad de Buenos Aires se reunieron el mismo día –este jueves– en sus distritos y no tuvieron medias tintas en el apoyo a Cristina Kirchner y en decretar al partido en estado de “alerta y movilización”.
Sin actividad durante meses, la sede histórica de la calle Matheu 130, en el barrio porteño de Balvanera, a pocas del Congreso, volvió a abrir sus puertas y en una reunión del consejo nacional partidario encabezada a través de la plataforma Zoom por el jefe del Estado y presidente del PJ, Alberto Fernández, se lanzó la convocatoria: “A todos los compañeros y compañeras peronistas a lo largo y ancho de nuestro suelo patrio, en todas las unidades básicas y sedes partidarias, a mantenerse unidos, organizados, movilizados y en alerta permanente”.
Desbordados por las manifestaciones de seguidores de la vicepresidenta que no forman parte de una estructura orgánica, política ni sindical, que tuvo como epicentro la vivienda de Cristina Kirchner en el barrio porteño de Recoleta, el PJ y los demás espacios que conforman el FdT activaron la maquinaria partidaria para reconducir el deseo de los militantes de expresarse en las calles.
Con la organización de los FdT de cada distrito, rápidamente se activó lo que se denominó el primer “Cristinazo”, un termómetro muy positivo sobre la vigencia del sentimiento de una parte de la población que respalda a Cristina Kirchner y que no duda en salir a la calle a expresar su fidelidad, como se vio este fin de semana en todo el país.
Con esa muestra dada por las bases en varios distritos pero especialmente en la zona aledaña al departamento de la vicepresidenta, sigue latente una “gran marcha” que centralice todas las micromanifestaciones que surgieron desde el lunes, apenas finalizó el alegato del fiscal Luciani.
Desde el PJ se analiza concretar esa gran movilización en una fecha previa al 17 de octubre, pero con una impronta similar.
Según se pudo conocer, el día propuesto por el propio Alberto Fernández ante el consejo del partido fue el viernes 16 de septiembre, lo que se podría definir este martes 30 en el nuevo encuentro que habrá en la sede del PJ de Matheu 130.
De celebrar los 75 años del 17 de Octubre de forma virtual y todos encerrados por la pandemia de coronavirus a colmar las plazas de todas las provincias es un panorama muy diferente para el gobierno, que ahora tiene al peronismo en la calle, activo y con una energía diferente de cara a 2023.
En un marco que se espera multitudinario y con la liturgia peronista, el PJ de la provincia de Buenos Aires se volverá a reunir el próximo sábado 3 de septiembre en el municipio de Merlo, en el mismo lugar donde se lanzó la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Kirchner en 2019.
El condimento especial del encuentro del PJ bonaerense que conduce el diputado nacional Máximo Kirchner será la posible presencia del presidente y de la vicepresidenta en el conurbano bonaerense, donde reside el mayor apoyo al FdT en las urnas, según adelantó el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.
Desde las propias bases también surgió el lema “Cristina 2023”, que luego generó una de las imágenes más reiteradas en las redes sociales cuando la vicepresidenta, al saludar a los militantes que participaban de la vigilia en su casa, usó una gorra que tenía esa leyenda, lo que también se trasladó a algunas paredes del conurbano.
Pero en estas movilizaciones el justicialismo no está solo, la misma expectativa comparten otros espacios de la coalición: en esa línea, el Partido Fe bonaerense, que lidera Cecilio Salazar, también respaldó y envió su solidaridad a la vicepresidenta, al tiempo que condenó la avanzada judicial.
En este contexto, Máximo Kirchner participó el viernes pasado de un plenario de delegados de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en la localidad de Avellaneda, donde apuntó contra el ex presidente Mauricio Macri.
Al día siguiente, por Twitter, fue Cristina Kirchner quien volvió a cargar contra el ex mandatario y dirigente de Juntos por el Cambio, por lo que los tiempos de reproches, críticas y réplicas entre distintos sectores del oficialismo quedaron atrás: ahora no solo hay un FdT unido sino que, evalúan desde las propias filas de la coalición, “despertaron al gen peronista que estaba dormido”.