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El poeta rosarino Orlando Valdez participa de «Dioses y monstruos», una monumental antología poética de la revista internacional «Letralia»

Editada y publicada en Venezuela, la publicación acaba de cumplir 29 años, por lo que convocó a poetas de todo el mundo para participar de un número especial de 800 páginas. Luego de una exhaustiva selección fueron elegidos 76 autores de 11 países, entre ellos Valdez, quien tiene varios libros publicados, participó en antologías de habla hispana de distintos países y es un entusiasta promotor de los eventos poéticos de la ciudad

La revista de poesía Letralia, conocida internacionalmente y editada y publicada en Venezuela, acaba de cumplir 29 años, por lo que convocó a poetas de todo el mundo para participar de un número especial de casi 800 páginas que se llamaría Dioses y monstruos. Luego de una exhaustiva selección fueron elegidos 76 autores de 11 países, entre ellos el rosarino Orlando Valdez, poeta de larga data con varios libros publicados, quien participó en antologías en poemarios de habla hispana de distintos países, incluida España, y entusiasta promotor de los eventos poéticos de la ciudad.

En la editorial de presentación de Dioses y monstruos, escrita por su editor general Jorge Gómez Giménez, puede leerse: “…Hay una línea muy difusa entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo glorioso y lo abyecto, entre la virtud y la corrupción. Determinar de qué lado se encuentra una entidad dependerá siempre de la mirada del observador: el dios que le concede una gracia a uno puede ser considerado un monstruo por otro. Esta es la disyuntiva que nos confronta como seres humanos pues, como se sabe, cada uno de nosotros está constituido por esa dualidad. El primer territorio de la lucha entre el bien y el mal es nuestra propia condición, marcada por la fragilidad y el error (…)

Dioses y monstruos, el libro que tienes en este momento ante tus ojos, explora este tema a través de múltiples espacios estéticos, culturales y simbólicos. Nuestra convocatoria, lanzada a finales de marzo en nuestra web, recibió textos de autores de todo el mundo, de los que seleccionamos 76 cuentos, poemas y otras creaciones provenientes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, España, México, Perú, Uruguay y Venezuela. Lo mítico, lo contemporáneo, lo fantástico, lo íntimo, lo político, lo filosófico, se han dado cita en estas más de setecientas páginas con invocaciones a entidades antiguas y recreaciones de  mitologías personales, así como reflexiones sobre el cuerpo, la fe, la culpa, el poder o el lenguaje, con una variedad de tonos en los que el lector encontrará humor, crueldad, ternura y desconcierto. Esta es nuestra forma de celebrar que hace veintinueve años, el 20 de mayo de 1996, circuló la primera edición de Letralia, esta Tierra de Letras que a día de hoy es el hogar de más de 4.600 firmas y por la que pasan cada día varios miles de lectores. Este libro es un espacio de tránsito, no entre lo divino y lo monstruoso, sino dentro del territorio común que ambas ideas habitan: la condición humana”.

Orlando Valdez nació en Ramallo y vive en Rosario. Es el autor de los poemarios El hondo silencio de toda locura (Los lanzallamas, 2001), La cobardía feroz del silencio (Menta Producciones, 2007; Laborde, 2017), El mezquino trazo del acto (Laborde, 2012; 2013), La insólita simetría (Laborde, 2019), Setenta veces siete más de tres veces (Laborde, 2019), y Zedlav (Laborde 2020). A continuación van algunos de sus poemas publicados en Dioses y monstruos:

los que menos tenemos y los que no tienen nada

nosotros

los inciertos

llenos llenitos de incertidumbres

a los que se nos va la vida siempre

convirtiéndonos

cada vez más más al lado de las otras pocas cosas

obedientes a un mandato evangelizados

los que no desesperamos ni nunca enojamos

marginales parias suburbanos

incansables esperadores sufrientes en vano

subordinados a un cuentagotas de la nada para nada

concédenos la paz

y que nazca y que crezca entre nosotros un diosito no vidente

y que crea y que tenga fe

en que lo amamantará dichosa una mujer

con sus senos verdes

y se apiade de nuestras blasfemias

hastiados de un cielo que decreta

qué vientre ha de parir

a cuál

le tirarán piedras

 

salvémonos acá

matando el cielo

en la tierra pecadores

sin miedo al amor

entregándonos ebrios

cantándole al alba

soñándonos

bajo otro sol

por nosotros

de nosotros

con nosotros

como nosotros

 

de los fondos del paraíso

tan diversamente prohibida

abriste los cielos lujuriosa

contra vientos y plagas

hundiéndote en mí hasta deshacerme

con la noche

indeciblemente

al alba

y yo quería

y querías vos

arriba abajo más

más

moviéndote

moviéndote