Las marquesinas la ponen como la banda revelación pop del momento y sus seguidores (una platea casi exclusivamente femenina) lo avalan. Cerebro Mágico surgió en 2005 en Pérez; en ese momento y bajo el nombre Septiembre abordaban un repertorio ecléctico hasta que tras una alianza con el músico local Oski Borga y el productor Martín Arribillaga encontraron su estilo, como señala Elías Rampello, líder y voz de la banda mientras señala a Rubén Goldin como el ideólogo del nombre que llevan en la actualidad. Las baladas y el pop son ahora su bandera y de la mano de Ángel guardián, su segundo y último disco, se afianzan en esa carrera. La presentación oficial del material tendrá lugar mañana, a partir de las 21.30, en el Teatro Broadway (San Lorenzo 1223).
“El show va a contar con la presencia de bailarines y una gran puesta en escena: son cosas que nos gusta hacer; en lo personal estudié comedia musical y actuación. Uno fue preparándose para un montón de otras cosas que salen del plano de la música y que van a plasmarse en el concierto. Además vamos a estar grabando el show para hacer un posterior DVD”, comentó a El Ciudadano el vocalista y compositor de la agrupación que también integran Emanuel “Toto” Legrestti (guitarras y coros), Fernando Dutto (bajo), Mauricio Chemes (teclados, guitarra y coros), y Teo Ruiz (batería).
—En los últimos años Cerebro Mágico hizo un quiebre sustancial tanto musical como en su lírica. ¿Cómo fue el proceso de producción de este disco en ese marco?
—Este disco fue distinto a todos los anteriores porque tuvo una preparación diferente. Al salir a nivel nacional tiene otra pimienta, uno le pone todo lo que tiene. De 20 canciones quedaron sólo 12, que son las que más trabajamos y las que más nos gustaron. Los disparadores de este material tienen que ver con el tema “La luz de tus ojos”, que salió en 2011 y significó un gran quiebre en la composición. En el disco anterior hacíamos canciones con un tinte más de rock; había canciones más de protesta mezcladas con algunas de amor. A partir de esa canción encontramos el estilo de la banda: emprendimos una búsqueda que se plasmó en El ángel guardián, que para nosotros quedó redondo.
—¿Qué queda vivo y que quedó en el camino de aquella banda que comenzó en Pérez?
—Hay mucha diferencia; en ese momento tocábamos en Willie Dixon donde ganamos un concurso de bandas de rock en 2008. Ahora tenemos carteles de amor en la sala de ensayo y un público muy nutrido de mujeres, con club de fans. Esto es lo que mejor nos funcionaba, teníamos que hacer ese click para que pase algo diferente: no por algo con las canciones anteriores no pasaba nada. Somos los mismos que arrancamos en 2005 pero tras una transición en la que fuimos aprendiendo mucho.
—La mayoría de los temas son inéditos. ¿Cómo llegó “Duele” a este disco?
—Incorporamos a este disco un tema de Javier Labandón, una buena elección por parte de los productores, de Martín Arribillaga y Oski Borga; la verdad es que no estábamos contentos con la elección al principio, pero al final terminó siendo como un himno de Cerebro Mágico en la región. Ellos saben mucho por su experiencia y esto es como el fútbol: un trabajo en equipo, todos son importantes y aportan desde su lugar y su experiencia. Los temas propios los llevamos a Barca Discos para que ellos decidan, no era una elección fácil. Delegar es importante, hay que dejar de lado el ego del artista, hay que saber que estamos en un mercado de la música, donde todo corre por el lado de la difusión, de lo visual; esos parámetros los aporta la gente que está en eso. Hay mucha gente trabajando para que esto salga adelante.
—En ese delegar ¿sentiste que hubo algo que tuviste que dejar de lado como artista?
—No, creo que no; en ese sentido soy muy abierto: nos sentamos a componer con los productores que son autores rosarinos. Tenés que saber buscar por otro lado porque si no te repetís todo el tiempo o no tenés alternativas; me gusta ser versátil a la hora de hacer canciones y no tener una línea tan estructurada.
—En esa versatilidad ¿sentís que Cerebro Mágico podría volver al rock?
—Yo creo que ya no, porque el nuestro es el camino de las baladas y el pop; en este disco incorporamos muchas canciones pop que no teníamos y que nos sientan muy bien. El pop es un estilo muy exigente, porque tenés que meter un hit atrás del otro, canciones que sean del gusto de la gente, algo que no es nada fácil.
—Además del nombre de uno de los temas, “Ángel guardián” es el título del disco. ¿Por qué lo eligieron?
—Veníamos tocando mucho ese tema pero no tenía nombre; una de las fans a través de las redes sociales sugirió “Ángel Guardián”; porque en un momento dice esa frase nos pareció bárbaro y cuando le tocó a la compañía elegir el nombre del disco eligió ese y nos gustó.
—¿Cuáles son los pro y los contra del Gran Rosario como plaza para el pop?
—Al principio nos costó mucho el quiebre porque en Rosario hay un ambiente muy arraigado; soy amigo de muchos de ellos porque pertenezco a ese palo, fuimos un poco prejuicioso. Una vez que salió “La luz de tus ojos”, que fue el primer tema que pusimos en la radio, a los tres meses se nos vino todo de golpe. Ahora nos acostumbramos pero fue muy grande la emoción de escucharnos por primera vez en la radio, en FM Vida, por ejemplo. A la vez siento que Rosario ha cambiado muchísimo y, si bien el rock está siempre presente, aparecieron varias bandas de otros estilos. También desde la Municipalidad, a partir del año pasado, se le dio al pop ese lugar que merecía en la cartelera rosarina.