Esta noche el talentoso Maximiliano Guerra asumirá los roles de bailarín, coreógrafo, dramaturgo y director en Iván el terrible, una puesta que se verá, a partir de las 21, en el Auditorio Fundación Astengo (Mitre 754). Según declaró el bailarín, la puesta que ya se presentó en Mar del Plata y Buenos Aires profundiza su voluntad “de instalar a la danza en un lugar de interés común”.
“Hemos logrado instalar a la danza en un lugar de interés común, sin clasificaciones. Pasa desde hace tiempo: lo percibo desde que volví de Inglaterra a los 21 años cuando empecé a ser reconocido por el almacenero o el taxista”, había asegurado Guerra a la agencia de noticias Télam antes del debut de la obra en Buenos Aires.
En esta puesta, Guerra es el protagonista al frente del Ballet del Mercosur, pero también es el responsable de la coreografía, la dramaturgia (junto al actor Manuel Callau) y la dirección general. La música original del espectáculo fue obra del músico y compositor Daniel García (creador del quinteto Tangoloco) e incluye fragmentos de Rachmaninov y Paganini, entre otros clásicos.
“Iván el terrible es un personaje que me fascinó desde la adolescencia. Siempre quise encontrarle un lado humano a alguien que era recordado como un asesino sanguinario”, explicó Guerra.
Además, quien también supo ser parte del jurado del reality show Talento argentino, manifestó que “no era posible que alguien que había logrado el apoyo de todas las «Rusias», que había realizado una obra social, no tuviera también un costado humano”.
“Es el personaje ideal para interpretar, con un abanico de sensaciones, la felicidad, el amor, el dolor, la violencia y la locura”, agregó.
Iván el terrible fue zar de Rusia entre 1547 y 1584. Centralizó en sus manos el poder de un vasto territorio y logró la conquista de Siberia. Al mismo tiempo, creó organizaciones donde se preveía la participación popular.
“Fue el único zar que consiguió el apoyo de su pueblo y la unidad de toda Rusia, por eso queremos que se lo reconozca, además, como «precursor de la democracia»”, concluyó el popular bailarín.
Cabe recordar que Maximiliano Guerra, uno de los mejores bailarines clásicos del mundo, nació en el barrio de Mataderos, en Buenos Aires, y su primera pasión fue el fútbol: jugó en el Club Atlético River Plate. Descubrió la danza a través de su hermana, formándose en el Instituto del Teatro Colón. A los once años tuvo la certeza que quería bailar por el resto de su vida.
