El presidente Alberto Fernández aseguró este viernes que el gobierno no tiene en análisis aumentos en los servicios públicos ni en el transporte, explicó que se está revisando lo actuado en ese aspecto por la gestión de Cambiemos y consideró un «triunfo de la razón» y un «paso muy importante» el comunicado del FMI sobre la deuda argentina, aunque –dijo– «todavía queda mucho por hacer».
Además, en una extensa entrevista con la radio AM 750, el presidente afirmó que, en lo que va de la gestión, se logró «ponerle un poquito de freno a la inflación», insistió con que su proyecto para modificar las jubilaciones de privilegio no son una «guerra santa contra los jueces» y definió como «sistemas perversos» a los programas de protección de testigos, restituido esta semana a la órbita del Ministerio de Justicia.
«Le quiero llevar tranquilidad a la gente: hoy no tenemos en cartera el aumento de tarifas, sino que están bajo análisis para saber qué pasó y saber exactamente desde dónde partimos», aseveró Fernández.
«Que nadie se apure: no sé si en junio nosotros vamos a poder estar en condiciones de hacer eso, sólo me preocupa que unos pícaros ganen», dijo Fernández y extendió al transporte su promesa de no aumentar tarifas porque, reiteró, su objetivo apunta a «cuidar el bolsillo de los argentinos».
En cuanto a los aumentos de precios, el presidente sostuvo que «hay dos lecturas», la primera, que es «casi un éxito rutilante» que los alimentos hayan aumentado un 5% frente al 21% que significó la vuelta del IVA sobre los productos, luego de que (Mauricio) Macri, en campaña, dispusiera la quita de ese impuesto hasta el 31 de diciembre.
«Hay una triste cultura de correr con los precios, y eso muchas veces va en detrimento de la gente», dijo Fernández y, si bien indicó que cree haber «logrado una desaceleración grande» de los incrementos, pidió «a todos los oyentes que nos ayuden con esta pelea: hay que terminar con esta idea de los vivos que por las dudas aumentan precios».
Por otro lado, el presidente ironizó sobre la aparición del ex presidente Macri en público y sostuvo que «le debe preocupar la economía porque sus amigos dejaron de ganar y dejaron de expoliar a los argentinos».
«No me gusta hacer política en los tribunales, pero muchos deberían estar ahí dando cuentas», dijo Fernández, aunque prefirió no explayarse porque «la gente quiere que le arreglen los problemas» y no que le hablen sobre quién «es el responsable».
En este marco, el mandatario aseveró que uno de sus «objetivos prioritarios» es «recomponer el salario real, y hacerlo dentro de la fragilidad que tiene la economía», además de «mejorar a los más postergados».
En otro tramo de la entrevista, Fernández opinó que son «muy perversos» los mecanismos establecidos en la Justicia para «arrepentidos y testigos privilegiados», y juzgó que «encubren sistemas de explotación de la miseria humana».
«Todas estas lógicas de arrepentidos y de testigos privilegiados les tengo miedo; siempre he sido bastante reacio a eso porque, en verdad, encubren sistemas de explotación de la miseria humana», expresó.
Fernández apuntó que los sistemas para testigos protegidos «proliferaron en algunos lugares del mundo» para combatir el narcotráfico y el terrorismo, pero –dijo– «después lo usaron para cualquier cosa».
Además, entendió que el uso de esa modalidad «muchas veces conduce a enormes injusticias porque, para salvarse unos, entierran a otros».
En este punto, puso como ejemplo el caso de Brasil, donde –sostuvo– «un condenado redujo su pena a la mitad sólo por decir que una empresa le había regalado (al ex presidente Inácio) Lula (Da Silva) un departamento».
En otro orden, el mandatario se refirió al proyecto para modificar jubilaciones de privilegio impulsado por el Ejecutivo y sostuvo: «No estamos planteando una guerra santa contra los jueces sino que lo que quiero hacer es poner un poco de igualdad en el sistema».