El presidente Mauricio Macri subrayó este martes que tiene la «vocación firme» de trabajar para construir un gran «acuerdo» nacional y buscó transmitir «tranquilidad» a la ciudadanía en medio de la tensión económica, y anunció que se reunirá con gobernadores y legisladores.
«Sé que estos días despertaron angustia y preocupación en los argentinos, miedo a que situaciones como las que vivimos puedan generar una crisis mayor como ya hemos tenido en el pasado. Lo entiendo, pero estamos lejos de eso. No hay una situación comparable a otras crisis», sostuvo el mandatario, en alusión a la incertidumbre que generaron la corrida cambiaria de las últimas dos semanas y el pedido de auxilio financiero al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Durante un nuevo mensaje grabado, difundido para presentar la construcción de varios Metrobus en el conurbano bonaerense, el jefe del Estado se mostró con la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y ratificó su intención de continuar con los diálogos con gobernadores, referentes opositores y dirigentes de distintos sectores.
«Tenemos la vocación firme de seguir convocando a todos los que haga falta para construir acuerdos, aunque pensemos distinto. En ese camino, le pido a toda la dirigencia que tenga responsabilidad», sostuvo.
Y agregó: «El laburante que se levanta todos los días a las 6 de la mañana espera que le saquemos la mochila de este gasto excesivo que pone en peligro su trabajo y su progreso. Por eso, la Argentina no se divide hoy entre Cambiemos y peronismo, sino entre los que queremos construir futuro y los que quieren destruirlo».
Tras la decisión de iniciar negociaciones con el FMI para acceder a una línea de crédito stand by, Macri puso en marcha una ronda de reuniones con gobernadores, empresarios y legisladores para explicar de primera mano la situación del país y dar una señal de institucionalidad al organismo crediticio, aunque hasta el momento recogió tibios respaldos en la escena doméstica.
Previamente, durante la reunión de Gabinete que encabezó en la Casa Rosada el presidente había informado formalmente a sus ministros de su decisión de convocar a un «gran acuerdo nacional», como minutos más tarde lo definió el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Ante sus funcionarios, Macri instruyó a transmitir «tranquilidad» a la ciudadanía en medio de la tensión cambiaria y la inflación, al advertir que «hay un liderazgo responsable que escucha, que entiende la situación y toma decisiones necesarias para evitar una crisis y seguir creciendo».
Un nombre poco feliz
Para los más memoriosos sorprendió la muy poco feliz denominación del acuerdo al que convocó este martes el líder del PRO.
Ocurre que se denominó Gran Acuerdo Nacional (GAN) a la propuesta política que dio a conocer en las primeras semanas de julio de 1971 el por entonces presidente de facto general Alejandro Agustín Lanusse, ante el agotamiento de la llamada Revolución Argentina –que liderada por el general Juan Carlos Onganía había derrocado en 1963 al gobierno constitucional de Arturo Illia– que encabezaba y en busca del acercamiento con la dirigencia política. El GAN proponía un acuerdo entre las principales fuerzas políticas a fin de restablecer las reglas del juego electoral y del régimen político democrático y hacía una amplia convocatoria a toda la ciudadanía para que participara activamente en este proceso.
Los militares veían en el GAN representaba la posibilidad de encontrar una salida honorable para la moribunda Revolución Argentina y organizar la retirada de los militares del poder político en un clima social cada vez más convulsionado. Para algunos sectores políticos, en cambio, el GAN daba paso a la normalidad constitucional pero con el objetivo de mantener el control militar sobre el próximo gobierno electo.
La propuesta despertó oposición entre los peronistas y los liberales tradicionales, así como entre los sectores nacionalistas del Ejército, encabezados por el ex mandatario de facto Roberto Marcelo Levingston quien acusó a Lanusse de “contrarrevolucionario”.
En tanto, Juan Domingo Perón, exiliado en España, rechazó de plano la propuesta y organizó un frente político, el Frente Justicialista de Liberación Nacional (Frejuli) encabezado por su delegado Héctor José Cámpora e integrado por el Partido Justicialista y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) así como por conservadores populares y socialistas, desde el cual exigió al gobierno el establecimiento de un calendario electoral sin proscripciones ni condicionamientos.