El presidente Alberto Fernández adelantó que anunciará en los próximos días un plan federal, con un paquete de «incentivos» a la producción, para reactivar por regiones la economía del país, al tiempo que reivindicó su vocación de diálogo con todos los sectores y la convivencia de «miradas distintas» en el Frente de Todos.
En una entrevista publicada hoy por el diario Página/12, el Presidente advirtió que «el problema» de la expresión de diversas posturas dentro del frente gobernante sería -dijo- «que nos hagan creer que eso hace imposible nuestra convivencia» y alertó: «Cuando nos convencieron de eso, ganó Mauricio Macri».
Fernández anticipó que el Gobierno dará a conocer en breve «una serie de medidas que reactiven y pongan en marcha otra vez la economía», atravesada por la pandemia de coronavirus, en base a una división del país en seis regiones – AMBA, Centro, NOA, NEA, Cuyo y Patagonia – «para potenciar las fortalezas» de cada zona.
«Hay un plan general y un plan específico. Va a ser necesario hablarlo con los gobernadores de cada región», declaró el Presidente y detalló que se trata de «un conjunto de medidas» (hasta ahora suman 60), apoyadas en «incentivos» para la producción.
Dijo que «buena parte del plan es obra pública y construcción de viviendas» porque -opinó- «son formidables movilizadores de la economía» y evitan la importación de «insumos».
«Las medidas van a marcar cuál es nuestro norte. Algunos van a decir que está todo nublado, que no es fácil caminar, eso es la pandemia. Pero lo que no queremos es discutir hacia dónde vamos, porque tratan de instalar que no sabemos qué hacer y nosotros lo sabemos perfectamente. El problema es que está lleno de neblina», graficó el jefe de Estado.
Consultado sobre su vocación de diálogo y si fue «sesgada» su invitación a sectores empresarios al acto por el 9 de julio, Fernández aceptó que la convocatoria podría haber sido «un poco más amplia» y reconoció haberse «arrepentido de no haberlo convocado a Hugo Yasky, que representa otra central obrera», como así también a los «movimientos sociales».
«No puede ser que se interprete que eso implica que uno va a hacer lo que los poderes fácticos mandan. Esa es una lectura mínima, minúscula”, marcó, pero también reivindicó el hecho de que dentro del Frente de Todos conviven «miradas distintas».
“El problema es que nos hagan creer que eso hace imposible nuestra convivencia. Cuando nos convencieron de eso, ganó Mauricio Macri”, reseñó.
Con todo, advirtió: “Sé quienes me votaron, qué intereses represento y qué país quiero. Todo este tiempo dije que tenemos que construir una sociedad más igualitaria y más equilibrada”.
«No me preocupa mucho lo que la gente cree. Respeto lo que la gente piensa. Soy muy seguro de mí mismo, que cada uno piense lo que quiera. Estoy muy seguro de lo que estoy haciendo y me siento muy acompañado por mi fuerza», subrayó.
En este marco, diferenció a los dirigentes de Cambiemos que impulsaron un comunicado poco después de que se conociera el asesinato del empresario y exfuncionario Fabián Gutiérrez de los legisladores de ese espacio opositor.
«El senador Luis Naidenoff, el diputado Cristian Ritondo hablaron de la necesidad de reconstruir la confianza para generar un diálogo más sincero. Pero para reconstruir la confianza hay cosas que no se deben hacer y decir», planteó.
«Ese comunicado fue tremendo. Insinuaba que el asesinato de una persona era producto del interés judicial de mi vicepresidenta y que yo era su encubridor. Un delirio, un disparate insoportable para la convivencia democrática. Yo estoy dispuesto a renovar la confianza pero hay cosas que pasan el límite. Fue inadmisible», insistió el Presidente.
Además, en otro tramo de la entrevista, enfocado a la renegociación de la deuda externa, Fernández reiteró que su objetivo es que «la Argentina resuelva su problema» y que su gobierno «actuó de buena fe» y siguió los «criterios financieros internacionales».
«Hemos hecho una propuesta auditada por el Fondo Monetario. Los hemos escuchado. Y nos hemos extendido hasta este límite. Esta es la última oferta que hace la Argentina, no va a haber otra», advirtió.
«Yo no quiero que Alberto Fernández arregle su problema para gobernar, porque eso lo hubiera hecho el primer día. La oferta de ellos fue no pagar nada durante cuatro años y después pagar lo que la Argentina no iba a poder pagar, pero no tengo ningún interés en dejarle el problema a otro», aseguró.
Manifestó que «sería interesante que el mundo se ordene financieramente» porque -dijo- «quedó dado vuelta» y «hay alrededor de 40 países que están en condiciones de defaultear».