Hoy se cumplen 90 años de la jornada inaugural del primer Campeonato Mundial de fútbol de la historia: Uruguay 1930. Y lo que actualmente es el evento deportivo más importante y convocante (y que más dinero mueve) del planeta, casi un siglo atrás no llegó a juntar 15 selecciones. El Hincha investigó un poquito y acá te dejamos algunos datos de color de esa primera cita, la cual culminó con el anfitrión superando a la Argentina en la gran final.
-El primer partido oficial lo tendría que haber jugado Uruguay en el flamante Estadio Centenario, construido especialmente para la ocasión. Pero como las obras aún no estaban finalizadas y había que empezar, se decidió que la acción comience el 13 de julio con dos partidos en simultaneo: Francia vs. México en Pocitos y Estados Unidos vs. Bélgica en Parque Central.
- Apenas 13 equipos participaron del primer Mundial de la historia. Fueron 7 de Sudamérica, 2 de Norteamérica y 4 de Europa: Bélgica, Francia, Rumania y la extinta Yugoslavia.
- Tuvo 18 partidos, con la particularidad de que no se dio ningún empate. Además se anotaron 70 goles, con un promedio de gol por partido de 3,88. Impensable hoy en día, pero algo habitual para la época.
- Argentina llegó a la final luego de ganar su grupo y aplastar 6-1 a Yugoslavia en la semifinal. Para el partido viajaron más de 20 mil personas a la capital uruguaya, aunque menos de la mitad logró ingresar y eso que los registros indican que hubo más de 90 mil espectadores en el Centenario. ¿Uruguay sacando ventaja? Nooo! Eso es sólo lo hacemos acá. ¡Claro!
- El árbitro de la gran final fue belga Jean Langenus, quien antes de dar el sí a dirigir pidió algo: un taxi debía estar esperándolo en la puerta del Centenario ni bien terminara el encuentro. ¿El motivo? Salir inmediatamente rumbo al puerto para subirse al primer barco que lo llevara a Europa. No vaya a ser cosa que los uruguayos perdieran…
Toda la historia
Desde que se fundó la Fifa en 1904, su principal impulsor Jules Rimet luchó por la creación de un Campeonato Mundial, aunque recién en 1928, durante los Juegos Olímpicos de Ámsterdam, se puso fecha para la realización de la primera edición de la competencia que no tardaría en convertirse en la más convocante –y millonaria- de la historia.
La idea empezó a ganar fuerza en la década del 20 y recién en 1927 se decidió oficialmente el año 1930 como el primer Mundial. Uruguay, Italia, Holanda, España y Suecia mostraron interés en ser sede de la competición, pero sólo los charrúas prometieron hacerse cargo de los gastos de viaje y hospedaje de todos los participantes, como así también de construir un nuevo estadio construido especialmente para semejante ocasión inédita.
Y en 1929, durante un Congreso de la Fifa celebrado en Barcelona, se ratificó la elección de Uruguay como sede de la primera Copa del Mundo. Además del invaluable apoyo económico, los orientales argumentaron que merecían ser los anfitriones por el doble oro olímpico que venían de conquistar en Holanda recientemente y en el 24 en París. Es más: la propia Fifa denominó un par de años más tarde a los Juegos Olímpicos como “Campeonatos Mundiales Amateurs“). Y por si fuera poco, en ese 1930 los uruguayos festejaban el centenario de su independencia (de allí el nombre del estadio erigido para el certamen).
Lo cierto es que a la hora de la verdad, la mayoría de los seleccionados europeos se fueron bajando de un torneo que nunca tuvo eliminatorias. Los británicos no estaban afiliados a Fifa pero igualmente se los invitó en su carácter de “inventores” del fútbol, aunque se negaron participar. Apenas 4 equipos del Viejo Continente se animaron a cruzar el Atlántico: Bélgica, Francia, Yugoslavia y Rumania.
En contrapartida, los del “Nuevo Mundo” coparon la cita: 9 equipos, 7 sudamericanos y 2 norteamericanos, tomaron parte del certamen. No hubo equipos africanos, asiáticos ni de Oceanía que participaran, ya que Egipto tenía pensado venir a jugar pero finalmente no lo hizo por razones que al día de hoy no están muy claras.
El mal clima en Montevideo complicó las obras del Centenario y así el Mundial arrancó sin que su estadio principal estuviese terminado. La Copa arrancó el 13 de julio con dos partidos. En Pocitos, Francia jugaba frente a México, mientras que en el Parque Central, Estados Unidos se medía con Bélgica. A los 19 minutos el galo Lucien Laurent batió al arquero azteca Oscar Bonfiglio y anotó el primer gol de la historia de los Mundiales. Los europeos se impusieron 4-1, mientras que EE.UU. sorprendió 3-0 a los belgas. Al día siguiente llegó el debut de Brasil y aunque suene raro fue con derrota 2-1 frente a Yugoslavia. Ese mismo día Rumania le ganó 3 a 1 a Perú.
El 15 de julio fue el debut de Argentina: apretado 1-0 sobre Francia con un gol de tiro libre de Luis Monti sobre el final. Los galos aún protestan por el arbitraje del brasileño Almeida Rego, quien finalizó el partido en pleno ataque europeo y cuando faltaban 6 minutos para que se cumplieran los 90 reglamentarios. Insólito.
Después llegó el debut de Chile (3-0 a México) y el 17 hizo su estreno Bolivia, que se comió 4 con Yugoslavia. Ese mismo día fue la presentación de Paraguay, que cayó 3-0 ante Estados Unidos en un encuentro en el que el delantero yanqui Bert Patenaude se transformó en el primer jugador en marcar un hat trick en la Copa del Mundo. El 18, día patrio en Uruguay, finalmente se inauguró el Estadio Centenario y debutó en Mundiales la selección local, que derrotó con lo justo a Perú 1 a 0 con gol de Héctor Castro.
En una competencia que no tuvo empates y en las que sólo continuaban los ganadores de los respectivos grupos clasificaron a semifinales Uruguay, Argentina, Estados Unidos y Yugoslavia. Los 4 clasificaron de modo invicto.
El 26 de julio en el Estadio Centenario se disputó la primera semi y Argentina vapuleó a Estados Unidos con un lapidario 6 a 1. Stábile y Peucelle por duplicado, Monti y Scopelli anotaron los tantos criollos. Un día después y en el mismo escenario se repitió el resultado, pero esta vez en favor de Uruguay sobre Yugoslavia.
La final estaba prevista para el 30 de julio. Desde Argentina viajaron más de 20.000 personas, pero menos de la mitad pudo ingresar a un Centenario, repleta como estaba de uruguayos. Las discusiones estuvieron a la orden del día desde el principio: ambos equipos querían jugar con su propia pelota y al final se decidió jugar un tiempo con cada balón. En el primero se usó el argentino y en el segundo el uruguayo. Incluso amenazaron de muerte a la madre del capitán argentino Luis Monti, quien el día de la final ni la tocó.
A su vez, el árbitro belga Jean Langenus había exigido que un taxi lo esperara en la puerta del estadio y lo llevase inmediatamente al puerto de Montevideo para embarcarse a Europa por temor a represalias de los locales en caso de una eventual derrota. Ni siquiera Carlos Gardel fue capaz de llevar un poco de calma ante tanta locura: el Zorzal visitó ambos planteles en la previa al gran duelo.
Finalmente a las 15.30 y ante un público que según algunas versiones superaba las 90.000 personas (80 mil según Fifa) comenzó la primera final de una Copa del Mundo de fútbol. Los charrúas se pusieron rápidamente en ventaja a través de Pablo Dorado a los 12 minutos, pero Argentina igualó a través de Carlos Peucelle a los 20 y se puso en ventaja con gol de Guillermo Stábile a los 37. Así terminó la primera etapa.
Pero en el complemento llegaría la remontada del dueño de casa. Pedro Cea igualó a los 12 y Victoriano Iriarte puso el 3-2 a los 23. Finalmente Castro (al que le decían Manco y era manco), puso el 4-2 definitivo a los 44 minutos.
Más allá de amenazas, de policías con bastones en el campo de juego, de diversas lesiones y muchas faltas no sancionadas, los comentarios de la época destacan la justicia de la victoria uruguaya, señalado que la celeste se hizo fuerte de local y absorbió mejor la presión desarrollando un gran juego que contrastó con la merma de la producción argentina, quien tuvo en Guillermo Stábile al máximo artillero del certamen con 8 tantos.