Ariel Cabrera, el profesor de eduación física de 42 años, fue imputado este miércoles como uno de los tres atacantes que tiraron piedras y le causaron la muerte a Ivana Garcilazo el 30 de septiembre pasado al salir del clásico rosarino en el semáforo de Montevideo y Ovidio Lagos. La audiencia se desarrolló a partir de las 14 y durante dos horas en la sala 10 del Centro de Justicia Penal, de Mitre y Virasoro, donde afuera se manifestaban con redoblantes y bocinazos amigos, familiares y compañeros de trabajo de Ivana para exigir justicia y que se entreguen los otros prófugos. El juez Florentino Malaponte aceptó la acusación del fiscal Gastón Ávila y le dictó la prisión preventiva por el plazo de ley, al considerar no sólo que se mantuvo prófugo sino también que puede ayudar a los otros dos sindicados que están prófugos de la Justicia. Uno de ellos, es el docente de química Damián Reifenstuel, también de unos 40 años y que cuenta con captura internacional de Interpol.
Piden el alerta roja a Interpol para Damián Reifenstuel, prófugo por el crimen de Ivana Garcilazo
Cabrera, quedó detenido tras entregarse el jueves de la semana pasada a 12 días del asesinato de Ivana. El fiscal Gastón Ávila estuvo al frente de la acusación y contó que el ataque se cometió alrededor de las 19 del sábado 30 de septiembre pasado. Ivana regresaba en su moto junto a su novio Daniel, quien estaba en otra, a su casa de la zona sur luego de ver el partido de Rosario Central y Newell´s, en la cancha de Arroyito.
La joven iba por Ovidio Lagos y cuando estaba frenando en el semáforo de Montevideo, tres varones les arrojaron piedras. Una de ellas impactó en la sien derecha de la chica, la tiró de la moto y la mató casi en el acto.
«Al ver venir a la víctima con ropa que la identificaban como parcialidad de Rosario Central: Cabrera, Reifenstuel y la tercer persona, en forma conjunta, tomaron baldosas de la vereda y las arrojaron violentamente contra la humanidad de la mujer, asumiendo y aceptando la posibilidad cierta y probable de provocar su fallecimiento, tanto por el impacto directo de las piedras a la persona que se encontraba en movimiento como por la posibilidad de hacerla perder el control del motovehículo e impactar contra el pavimento o ser arrollada por un vehículo», describió Ávila.
Luego, describió que dos de los atacantes huyeron hacia el oeste, en dirección a Riccheri, mientras que Cabrera se trenzó en lucha con Daniel, el novio de Ivana, quien al ver la situación la fue a socorrer y en esas circunstancias fue que le sacó la linga de la moto para luego irse a la carrera por Montevideo hacia el este.
Una cámara de seguridad cuya filmación fue publicada por la Fiscalía el lunes 9 de octubre, tomó cuando Cabrera arrojó la linga por Montevideo al 2700 casi en la esquina con Callao y continuó a la carrera para luego perderse. Para el martes de esa semana, su cara y la de Reifenstuel, quien continúa prófugo de la Justicia y los pesquisas investigan si se escapó a Bolivia.
Tras el crimen de Ivana, Reifenstuel primero pidió licencia en la escuela donde daba clases y luego renunció mientras que Cabrera hizo una vida, que a la vista de sus conocidos, era normal. Lo único que cambió fue su fisonomía, lo cual fue corroborado por testigos que indicaron que luego de llevar años el pelo largo, se lo cortó el fin de semana siguiente al asesinato de Ivana.
El fiscal continuó y dijo que en base a los indicios recolectados, Cabrera y Reifenstuel eran amigos. El primero tiene domicilio en la localidad de Ibarlucea mientras que el otro en Pérez, y la acusación señaló en base a los impactos de las antenas de celulares que ese sábado se juntaron a mirar el partido en la casa de un tercero, ubicada en Catamarca e Iriondo.
Según la teoría de la acusación, Cabrera, Reifenstuel junto a otro cómplice se fueron de ese domicilio y recorrieron unas 25 cuadras para apostarse en las inmediaciones del estadio de Newell´s donde luego se cometió el asesinato de Ivana. En ese sentido, la Fiscalía remarcó que el ataque a la víctima estuvo enmarcado por el sólo hecho de que llevaba una camiseta del equipo de fútbol contrario.
El fiscal aportó que con las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad primero identificaron a Reifenstuel y luego a través del impacto de las antenas de los celulares reconstruyeron dónde estuvo ese día junto a los otros dos sospechosos. Además, solicitó a los directivos de Newell´s el padrón de socios varones de entre 18 y 50 años donde identificaron a Cabrera, al cotejar su imagen con la de los videos. Con esos datos, determinaron que Reifenstuel y Cabrera se reunieron luego del crimen en la localidad de Pérez.
Tras detallar los indicios en su contra, el fiscal Ávila imputó a Cabrera como coautor del delito de homicidio agravado por ser cometido en el desarrollo de un espectáculo público, figura que tiene una escala penal de 10 a 34 años de prisión.
En tanto, Sergio Larubia, el abogado defensor de Cabrera argumentó que “fue un delito preterintencional –es decir que tuvo la intención de hacer daño pero no de matar–” y remarcó que “no hubo dolo. Fue una agresión”. Además, solicitó delimitar el plazo de la prisión preventiva para que no fuera por el plazo de ley, es decir dos años.
¿Por qué lo hiciste?
De acuerdo con voceros judiciales, la única oportunidad en que Cabrera hizo uso de la palabra fue cuando Raúl, padre de Ivana, y Daniel, su novio, le preguntaron:¿Por qué?
“En ningún momento quise matar a nadie. De hecho, no lo he hecho. Te acompaño en el dolor. Tengo hermana y madre de Central. Estoy a disposición de la Justicia para que se aclare todo”, fueron las palabras del acusado delante de la familia de la víctima que no podía contener las lágrimas.
Mientras Raúl sostenía un cartel con la cara de su hija, Daniel cerró con un: “Lo único que quiero es que se haga justicia por mi mujer lo más rápido posible”.
Tras escuchar a las partes, el juez Florentino Malaponte aceptó la acusación para Cabrera como coautor del homicidio de Ivana Garcilazo, agravado por ser cometido en el marco de un espectáculo deportivo y le dictó la prisión preventiva por el plazo de ley, es decir dos años hasta el juicio oral.
El magistrado aclaró que no sólo hizo efectiva la prisión por los días que estuvo con pedido de captura sino que también tuvo en cuenta que puede entorpecer la investigación o ayudar a los otros dos prófugos.
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