El reggae jamaicano, que alcanzó fama internacional gracias al icónico Bob Marley, entró este jueves en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
La decisión de incluir el reggae fue tomada por el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la organización, reunido esta semana en Port-Louis, la capital de Mauricio.
«Es un día histórico. Estamos muy, muy felices, estoy emocionada», celebró la ministra de Cultura de Jamaica, Olivia Grange, que viajó a Mauricio para la ocasión. «Subraya la importancia de nuestra cultura y nuestra música cuyo tema y mensaje es amor, unión y paz», declaró en una entrevista con la AFP.
La Unesco destacó que la aportación de este género musical «a la reflexión internacional sobre cuestiones como la injusticia, la resistencia, el amor y la condición humana pone de relieve la fuerza intelectual, sociopolítica, espiritual y sensual de este elemento del patrimonio cultural».
Recordó también que aunque al principio fue una expresión musical de comunidades marginadas, con el tiempo fue «abrazado por amplios sectores de la sociedad sin distinción de sexo, etnia o religión».
Ska y rocksteady
Este ritmo se une a una lista creada en 2003 y en la que ya figuran cerca de 400 tradiciones o expresiones culturales que van desde la pizza napolitana hasta el flamenco, pasando por la cerveza belga, el yoga o el tango.
El comité de la Unesco, que tenía que examinar unas 40 solicitudes de inscripción en su reunión de Mauricio, entre ellas cuatro latinoamericanas y una española, inscribió el miércoles en su lista las Parrandas de Cuba y este jueves la Romería de Zapopán mexicana y la cultura Congo de Panamá.
El reggae, una candidatura presentada por Jamaica, se desarrolló en los años 1960 a partir del ska y del rocksteady, e integró influencias del soul y del rythm and blues estadounidenses.
Este estilo musical caribeño se popularizó rápidamente en Estados Unidos y el Reino Unido, gracias a los numerosos inmigrantes jamaicanos llegados después de la Segunda Guerra Mundial. A menudo se reivindicó como la música de los oprimidos, abordando temas sociales y políticos, la prisión y las desigualdades.
«El reggae es un destilado de diversos géneros jamaicanos, que se remontan a la época de la esclavitud», señaló el musicólogo jamaicano Garth White en un vídeo publicado por la Unesco.
Es indisociable del movimiento espiritual rastafari, que sacraliza al emperador etíope Hailé Selassié y promueve el uso de la marihuana.
En 1968, la canción «Do the Reggay» de Toots and the Maytals fue la primera en utilizar el nombre reggae, un ritmo que luego cosechó un enorme éxito mundial gracias a los grandes clásicos de Bob Marley y su grupo The Wailers, entre ellos «No Woman, No Cry», «Stir It Up» o «I Shot the Sheriff».
Es una «excelente noticia» porque el reggae «nunca ha tenido el reconocimiento que se merece y siempre ha estado un poco al margen», dijo a la AFP Jerôme Levasseur, director de Bagnols Reggae Festival, un célebre festival que se celebra cada año en el sur de Francia.
«El reggae es exclusivamente jamaicano», había comentado la ministra de Cultura antes de la votación. «Es una música que creamos nosotros y que penetró en todo el mundo».
A diferencia de la lista de Patrimonio Mundial, la de Patrimonio Cultural Inmaterial no se establece según criterios de «excelencia o de exclusividad», según la Unesco. No busca reunir el patrimonio «más bello», sino representar su diversidad y destacar las artes y habilidades de las diferentes comunidades.