El rápido incremento del nivel del río Paraná en lo que va del año –76 centímetros desde el 1º de enero frente al puerto de Rosario– y las abundantes lluvias que se registran en la cuenca de aporte abren expectativas sobre la evolución futura, aunque no preocupan aún a las autoridades encargadas del monitoreo del caudal y las previsiones que deben adoptarse al respecto.
Pero si resulta llamativo el aumento de nivel registrado en las últimas tres semanas, más impactante todavía es la constatación de que a esta misma altura del año el hidrómetro local marcaba en 2013 un registro de 2,40 metros, casi la mitad de lo que se mide hoy (1,23), según los registros que suministra la Prefectura Naval Argentina.
Muy lejos aún de la marca de cinco metros que constituye la señal para entrar en estado de alerta, desde Protección Civil de la provincia indicaron que si bien están monitoreando la crecida del Paraná, ésta no preocupa tanto en estos días como la del río Salado en la capital santafesina.
De hecho, hoy por la mañana funcionarios del Ministerio de Aguas, Protección Civil y de los municipios de Santa Fe, Recreo y Santo Tomé se reunirán en la capital para actualizar los datos con que se cuenta y señalar los posibles lugares de desborde.
En el norte
Donde sí la situación hídrica sigue complicada es en el norte santafesino, donde si bien el agua ha bajado en los campos la Secretaría de Protección Civil de Santa Fe mantiene el operativo de asistencia para unas 250 familias del departamento Vera.
Allí, desde hace varios días, el gobierno entrega comida y agua además de realizar un relevamiento sanitario, pero el pronóstico meteorológico parece estar del lado de los afectados, ya que no prevé lluvias inminentes.
Operativo asistencial
En diálogo con El Ciudadano, el secretario del área, Marcos Escajadillo, explicó que durante la semana pasada y a cuenta de los anegamientos en el norte provincial se desplegó un operativo de asistencia para familias ubicadas en el departamento Vera.
Los espacios más afectados, son El Palmar, Fortín Charrúa y Fortín Chilca, entre otros.
“Se vienen haciendo entrega de bolsones con 70 kilos de elementos para la supervivencia de las familias (desde fideos, azúcar y arroz hasta repelente contra insectos)”, contó Escajadillo.
“Para esta tarea se utiliza un helicóptero del Ejército Argentino, camionetas de Protección Civil y vehículos de Bomberos Zapadores de Vera y Reconquista”, detalló el funcionario.
La semana pasada el gobierno trasladó grupos electrógenos a la zona para que en las localidades y parajes aislados por la inundación se puedan preservar alimentos y medicamentos, ya que continuaban sin electricidad. En esa oportunidad, el ministro de Salud, Mario Drisun, señaló que es importante realizar un seguimiento en la zona, en particular de los niños, sobre todo para constatar que estén vacunados contra el tétanos y la hepatitis y siempre con un ojo puesto en posibles casos de leptospirosis.
Cabe recordar que días atrás el gobernador Antonio Bonfatti sobrevoló la zona inundada, que también comprendía campos de los departamentos 9 de Julio, General Obligado y San Cristóbal.
El operativo de asistencia se inició la semana pasada, cuando el acumulado desde el comienzo del verano llegó a 1.100 milímetros de lluvia caída, esto es la misma cantidad de agua que precipita habitualmente durante todo un año.