El río Paraná alcanzó una altura de 1,18 metro frente al puerto de Rosario, el registro más bajo de este año y el menor desde 1970. En esta época del año, según el Instituto Nacional del Agua (INA), la altura promedio está en torno a los 3,28 metros, más del doble, a partir de los datos recolectados entre 1994 y 2008.
En octubre pasado, la Prefectura Naval Argentina comenzó a medir los niveles por debajo de los dos metros. La segunda medición más baja de 2019 fue el 9 de septiembre con 1,97 metro, y la más alta alcanzó el nivel de alerta con 5,32 metros el 31 de enero.
En ese contexto, la empresa Aguas Santafesinas informó que la capacidad de captación de agua para procesar se encuentra afectada por la pronunciada bajante, lo que se refleja en «una merma de los volúmenes disponibles para potabilización». Esto, sumado a las altas temperaturas de los últimos días, complicaría el suministro y distribución del recurso, por lo que desde la entidad solicitaron el «uso cuidadoso y restringido del servicio».
Luis Dopazo, responsable de Hidrometeorología del Instituto Nacional del Agua (INA) en la región Litoral, se refirió al fenómeno y a las bajas históricas del río Paraná. «Para remitirnos a valores por debajo de lo que tenemos hay que ir hasta el año 1970, que particularmente ese año y el anterior tuvieron el río muy bajo. En el 70 todas las alturas estaban por encima del cero, en septiembre la mínima fue de 20 centímetros nada más. Y si nos vamos a octubre de 1969 tuvo marca negativa», sostuvo el funcionario.
¿Por qué el Paraná no había bajado tanto en medio siglo? «No hay ninguna explicación –advirtió Dopazo–. Son comportamientos del río que tienen que ver con fenómenos que se dan en Brasil que comienza la temporada en marzo más o menos hasta octubre. En ese lapso no hubo lluvias en la cuenca del río Paraná. Y ahora lo que pasa es que cuando tendría que empezar a llover es a partir de otoño del año que viene, con lo cual vamos a continuar con un río muy bajo, con el agravante que hace 50 años el río estaba en estado natural: no había represas. La selva alrededor de la cuenca del río era totalmente virgen, el hombre no había alterado su capacidad de absorción. Entonces, hasta que se den las lluvias y los brasileros llenen todas sus represas, no van a dejar pasar el agua», planteó.
Según anticipó el funcionario del Instituto Nacional del Agua, falta para la crecida. «Es probable que terminemos el año con el Paraná muy bajo, y que todo el verano tengamos el río en esos niveles. Puede bajar más todavía. En meteorología si un fenómeno se dio se puede repetir, y puede volver a pasar aún peor todavía, tanto de crecidas como de bajantes o lluvias y sequías. Hoy nadie puede decir cuándo va a crecer».
Sobre otras bajantes históricas del Paraná en la región, según el relevamiento del Centro de Informaciones Meteorológicas de la Universidad Nacional del Litoral, la medida más baja del siglo hasta hoy se había registrado en 2009 con 1,53 metro. Le siguieron en 2001 con 1,60 metro; y en 2000 con 1,82 metro.
Consultado sobre si la bajante alterará la rutina de los santafesinos que suelen frecuentar el río, Dopazo indicó: «Lo estamos viendo en estos días con temperaturas bajas para lo que es la ciudad de Santa Fe. Sin ir más lejos, la humedad del miércoles por la tarde era de 18 por ciento, que para nosotros no es nada».
Agosto, septiembre y octubre fueron meses en los que durante 1944, 1969 y 1970 se han pronunciado las bajantes históricas que han llegado a cero o menos. «En diciembre el río tendría que estar creciendo porque crece hasta marzo o abril y después desciende hasta agosto o septiembre y luego comienza de nuevo el ciclo hidrológico», apuntó el funcionario del Instituto Nacional del Agua.
Recomendaciones de consumo
Aguas Santafesinas solicitó a los usuarios realizar un uso responsable y solidario del agua potable, para lograr un sostenimiento del servicio más eficiente, al tiempo que brindó recomendaciones al respecto:
- No utilizar el agua potable en actividades que pueden postergarse, en particular, las que demandan importante cantidad de agua: lavado de autos y veredas, regado de jardines, lavarropas, llenado o renovación del agua de piletas de esparcimiento.
- Evitar el uso de manguera con salida continua.
- Sólo lavar las veredas los días y horarios autorizados. Utilizar baldes o mangueras provistas de sistemas de corte (gatillo o interruptores o pulsadores) para evitar el derroche.
- No dejar que el agua corra innecesariamente al lavar los platos, al lavarse los dientes o al bañarse: una ducha de 10 minutos consume 80 litros de agua.
- Controlar las pérdidas en canillas, tanques de agua y otras instalaciones: un depósito de inodoro con deficiencias desperdicia 4.500 litros por día.