Las imágenes de la cámara de seguridad de un kiosco de Vera Mujica al 1800, que captaron en marzo pasado como dos desconocidos se robaron a punta de pistola un Peugeot 307 azul oscuro, podrían ser la clave para esclarecer el secuestro y ejecución de Fabián Chamorro, un vecino de barrio Tablada raptado en su casa a plena luz del día en una acción extorsiva que culminó con su asesinato. La Fiscalía considera que la captura del hombre se trató de un complot para obligar a uno de los hijos de la víctima –preso en la cárcel de Coronda– a matar a enemigos de la banda de Los Monos, con quienes compartía pabellón. Este lunes, la justicia dictó la prórroga de la prisión preventiva de uno de los jóvenes acusado de llevarse el Peugeot 307 mientras continúan las medidas para determinar responsabilidades en los dos hechos.
Chamorro era el portero de la galería céntrica La Favorita. Era un respetado vecino de Tablada, tenía 53 años y estaba pronto a jubilarse luego de tres décadas de aportes. El lunes 5 de marzo pasado, alrededor de las 18, estaba en su casa de Guerrico al 3700 viendo televisión cuando tres hombres irrumpieron y se lo llevaron a punta de pistola en un auto azul oscuro que partió hacia el sur. A las 22.50 Chamorro apareció agonizante cerca de la autopista Rosario-Buenos Aires y el camino a la fábrica de Cargill, entre Villa Gobernador Gálvez y Alvear. Tenía varios impactos de bala. Fue derivado al hospital Gamen, y luego al hospital de Emergencias Heca. Murió a las 2 de la madrugada, reconstruyeron los investigadores en dicha oportunidad.
Para los pesquisas, la hipótesis más fuerte para explicar ese plan criminal contra Chamorro fue que los perpetradores quisieron obligar a uno de sus hijos, apodado Bananita, a matar a sus compañeros de celda en Coronda: Milton Damario o a Luis “Pollo” Bassi, acérrimos enemigos de quienes juraron venganza por el asesinato del líder de la banda los Monos, Claudio «Pájaro» Cantero.
“Secuestraron al padre y le pidieron el número de celular del hijo para convencerlo de que atentara contra la vida de Pollo Bassi y Damario, ya que Bananita está preso en el mismo pabellón que ellos”, confió entonces una fuente de la pesquisa.
Según esta versión, se estableció una comunicación con Bananita. Pero al recluso no le quedó otra que negarse a la tarea encomendada, prácticamente imposible de llevar a cabo. La negociación entró en un callejón sin salida, lo que según voceros consultadas, terminó con Chamorro padre asesinado.
El 307
Horas después del secuestro y ejecución de Chamorro, un Peugeot 307 apareció quemado en la autopista Rosario-Buenos Aires a la altura de la localidad de Alvear. Y un dato azaroso surgió con el paso de los días. El robo de un 307 azul oscuro quedó captado por la cámara de seguridad de un kiosco, ubicado en Vera Mujica al 1800. La grabación es de la noche del 1° de marzo, y en ella puede verse como un hombre dejó el auto con las balizas puestas, se acercó a la ventanilla del local y antes de concretar la compra, fue encañonado por dos hombres a cara descubierta, quienes le quitaron la llave y luego huyeron. Las imágenes llegaron a la pantalla del noticiero de Canal 3 el mismo martes del secuestro del portero y más tarde aparecieron en Youtube. Esa grabación abrió la puerta a los investigadores para esclarecer no sólo ese hecho de robo, sino el secuestro seguido de muerte de Chamorro, dijo un detective.
Por el robo del 307, está imputado Cristian Nicolás “Gordo” A., también conocido como Pupito. Y, en una causa que tramita en el Juzgado de Menores quedó preso en el Instituto de Recuperación del Adolescente (Irar), Lucas Iván S., de 17 años. Según indican voceros policiales, este adolescente está mencionado en varios hechos resonantes en Tablada y los Fonavi de Grandoli y Gutiérrez, como homicidios y tiroteos.
Este lunes, la jueza Silvia Castelli prorrogó la prisión preventiva al Gordo A. por ese hecho de robo calificado, a lo que se suma una causa por encubrimiento agravado por pedido del fiscal Matías Edery.
Los investigadores del Ministerio Público de la Acusación esperaban los resultados de una serie de medidas que determinarán si alguno de los imputados o al menos al Gordo A., tuvo alguna responsabilidad en el asesinato mafioso de Chamorro.