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El Rojinegro falló en el partido que no podía fallar y ahora debe esperar por otros resultados

A veces el destino decide situaciones y no se pueden revertir. Y eso es lo que sucedió en el Parque. Adelantar el partido fue un problema para Newell's. Quitó descanso, no permitió recuperar a García y dejó a titulares en el banco por cuestiones de salud. Fue derrota en el Parque con San Lorenzo

A veces el destino decide situaciones y no se pueden revertir. Y eso es lo que sucedió en el Parque. Adelantar el partido fue un problema para Newell’s. Quitó descanso, no permitió recuperar a Juanchón García y dejó a titulares en el banco por cuestiones de salud. Tantas contrariedades se sumaron a un mal partido y la consecuencia lógica fue una derrota. Inesperada, pero lógica a partir de un equipo que salió a jugar apurado, como queriendo asegurase ese lugar en cuartos que tanto desea. Y ahora deberá esperar que lo ayuden otros resultados y buscar el boleto en La Plata.

El apuro fue un factor que no le hizo bien a Newell’s en el inicio. San Lorenzo se plantó firme con una línea de cinco y obligó a la Lepra a abrir la cancha. Y hubo espacios por el sector de Vangioni y Panchito González, aunque ninguno de los dos encontró terminación de jugada.

Pérez intentó conducir, pero le costó encontrar claridad. En parte por sus propias imprecisiones, aunque también hubo poca ayuda de los ofensivos, que no se mostraron como receptores claros, salvo Reasco. Funez sintió el rigor de los zagueros rivales. Y perdió casi siempre. Y Juanchón García empezó a extrañarse, lógico.

Newell’s no encontraba caminos. Y la impotencia se hizo presente. El reflejo de esto fue que los dos jugadores amonestados en la Lepra fueron Giani y González, los extremos ofensivos.

Lejos del Nuevo Gasómetro y sus hinchas enojados, San Lorenzo no se sonrojó en defender con mucha gente y apostar a una contra. Y fue negocio. Un par de pases con Newell’s a contrapierna pusieron a Uvita Fernández de cara al gol, Ditta evitó con una chilena el festejo, pero la defensa se quedó paralizada y Martegani apareció solo tras otro centro y anotó. Golpe duro para Newell’s.

Aturdido, Newell’s siguió chocando, tirando manotazos de ahogado. Y por eso se fue al vestuario un gol abajo.

El segundo tiempo arrancó de la peor manera. Horror de Panchito, dando un pase adentro, definición brillante de Gattoni al ángulo para condenar aún más a González. Dos goles abajo, ¿partido terminado?

En otros momentos sí, en este no. El amor propio del equipo de Sanguinetti lo puso en partido. Cabezazo de Lema y cinco minutos de VAR para saber si había sido gol o no. Gol validado, festejo retrasado, Newell’s otra vez en partido.

Pero el equipo volvió a pecar de ansioso. Fue tan desesperado a buscar el empate que no entendió que San Lorenzo había sentido el golpe. Se ilusionó con empatar. Y a pesar del esfuerzo y la entrega no alcanzó. El partido estaba pifiado desde antes de jugarse. Y Newell’s hizo poco para revertir ese destino. Y ahora deberá sufrir un poco para clasificar.

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