Una saga de película con un muchacho acribillado, el escape de sus atacantes en un auto robado que chocó contra un taxi a los pocos metros y el secuestro de drogas, todo en pleno centro de Rosario. Así arrancó el sábado.
Varios tiros sonaron minutos antes de las 5 en las inmediaciones de Dorrego casi esquina con Tucumán, a metros de una conocida farmacia. A los minutos, unas personas encontraron malherido a un muchacho por Tucumán al 1900 entre Dorrego y Moreno. Allí quedó tendida la víctima, identificada como Ángel Ocampo, de 23 años, con graves heridas de bala. Al menos, tres en el pecho, y constatarían luego siete orificios en total. Fue trasladada en una ambulancia del Sies hasta el hospital de emergencias Heca, pero los médicos informaron que había fallecido en el quirófano a las 6.15 en medio de una intervención quirúrgica, de acuerdo a lo informado por voceros policiales y judiciales.
Según las primeras informaciones surgidas de la investigación, los atacantes –en principio, una pareja– iban en un Nissan Sendra plateado y persiguieron a la víctima. Desde el interior le dispararon al menos 15 veces en Dorrego y Tucumán, a juzgar por las vainas servidas levantadas del lugar por el personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
La huida de los agresores, sin embargo, fue accidentada. Casi a la misma hora de que resonaran las detonaciones y a una cuadra, la central del 911 recibió la comunicación de que un automovilista a bordo de un Nissan había chocado contra un taxi en Moreno y Catamarca, y sus ocupantes continuaron el escape a pie sin que, hasta esta tarde, hubieran sido detenidos.
De averiguaciones posteriores, saltó que el Nissan había sido robado días antes en la localidad de Funes, distante a unos 15 kilómetros al oeste del centro de Rosario, en un asalto en el que también sustrajeron una camioneta Honda CVR marrón.
Los pesquisas levantaron del lugar del crimen, además de las 15 vainas servidas 9 milímetros, cinco plomos enteros y un fragmento de otro, más un cargador de pistola para el mismo calibre. También, envoltorios con una sustancia compatible con estupefacientes que portaba la víctima en una riñonera.
La investigación del caso quedó a cargo de la fiscal de Homicidios Dolosos Gisela Paolicelli, quien ordenó medidas de rigor como relevamiento de posibles cámaras de video en la zona del hecho y búsqueda de potenciales testigos.
Voceros del Ministerio Público de la Acusación (MPA), indicaron que dentro de las hipótesis sobre el móvil del ataque fatal no se enfocan en un homicidio en ocasión de robo debido a que la víctima tenía todas sus pertenencias de valor.