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El Salvador, veinte años después

Hoy se cumplen veinte años de la firma de los Acuerdos de Paz en El Salvador, punto final de una guerra civil que provocó 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos, en un emblemático aniversario que encuentra al entonces insurgente Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) instalado como gobierno legítimo.

Hoy se cumplen veinte años de la firma de los Acuerdos de Paz en El Salvador, punto final de una guerra civil que provocó 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos, en un emblemático aniversario que encuentra al entonces insurgente Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) instalado como gobierno legítimo.

Los acuerdos que se firmaron el 16 de enero de 1992 en el Palacio de Chapultepec, en México, dieron por terminada la confrontación bélica entre el FMLN y las fuerzas regulares que duró doce años, y que fue el trágico resultado de una crisis política que se arrastraba desde la década de los 70.

El presidente Mauricio Funes, quien ganó los comicios del 15 de marzo de 2009 como candidato extrapartidario del izquierdista FMLN, encabezará hoy el acto oficial de conmemoración de la firma de los acuerdos de Chapultepec en El Mozote, provincia de Morazán, y pedirá perdón en nombre del Estado por la masacre que hubo allí en diciembre de 1981, en la que fueron asesinados casi mil campesinos.

La confrontación entre la violencia del gobierno militar de Carlos Humberto Romero y la oposición de izquierda ya era insostenible cuando el 24 de marzo de 1980 asesinaron al arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero, defensor de los derechos humanos y seguidor de la línea pastoral que planteaba “la opción por los pobres”. A partir de ese momento fue una guerra civil abierta.

En esa guerra hubo componentes externos. Estados Unidos fue un aliado de los gobiernos de derecha y militares que se venían sucediendo a lo largo del siglo XX y entrenó a sus militares en centros como la Escuela de las Américas. Una vez desatado el conflicto aportó armamentos, logística y una fuerte presión internacional.

El FMLN, en tanto, contaba con el respaldo de gobiernos como Cuba y Nicaragua, donde acababa de imponerse la revolución sandinista.

La guerra concluyó luego de un proceso de diálogo de tres años entre las partes, con la firma de un acuerdo de paz que permitió la desmovilización de la guerrilla y su incorporación a la vida política del país.

Aunque en los primeros encuentros de diálogo, en 1989, no se consiguió algún acuerdo concreto, se logró poner sobre la mesa la posibilidad de una solución negociada al conflicto.

En junio de 1989, el gobierno del presidente Alfredo Cristiani convocó a una reunión de diálogo que se realizó el 15 de septiembre de ese año en la ciudad de México. Allí se acordó la solicitud conjunta de mediación dirigida al secretario general de Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar.

El 11 de noviembre de 1989, el FMLN lanzó una ofensiva general, llamada “ofensiva hasta el tope”, para demostrar su fuerza militar, que fue contenida por las Fuerzas Armadas, que sin embargo sufrió gran cantidad de bajas.

Tras esta batalla, muchos analistas consideraron demostrada la imposibilidad de la victoria militar de cualquiera de las dos partes en contienda.

Con este cuadro, el 4 de abril de 1990, se fijaron en Ginebra, Suiza, los objetivos de la negociación: terminar el conflicto armado por la vía política, impulsar la democratización del país, garantizar el irrestricto respeto a los derechos humanos y reunificar a la sociedad salvadoreña.

El 26 de julio de 1990 se firmó en Costa Rica el Acuerdo de San José, que estableció un compromiso para respetar los derechos humanos de ambas partes, poniendo fin a prácticas como los asesinatos selectivos y la desaparición forzada de personas.

Tras esa jornada se dio una condición sin precedentes en lo que iba de conflicto: por primera vez el gobierno se flexibilizaba a cambiar la Constitución en aras de la finalización de la guerra y el FMLN aceptaba, por fin, la vigencia de la Constitución.

El 31 de diciembre de 1991 se fijó la fecha para la firma de la paz y se hizo pública la noticia; el 13 de enero de 1992 se acabaron de firmar los últimos detalles previos a la solución definitiva del conflicto y tres días más tarde se rubricó en el castillo de Chapultepec el texto completo de los acuerdos en un acto solemne, con la asistencia de jefes de Estado de países amigos, así como de las delegaciones oficiales de negociación.

El texto de los acuerdos de paz está dividido en los nueve capítulos donde se establecen una serie de medidas que ambas partes debían realizar para alcanzar la paz firme y duradera en El Salvador.

En el plano político, las medidas adoptadas buscaron garantizar a los dirigentes del FMLN y a sus integrantes el pleno ejercicio de sus derechos civiles y políticos dentro un marco de absoluta legalidad, mediante su incorporación a la vida civil, política e institucional del país.

Así, el FMLN se comprometió a desmovilizar sus fuerzas guerrilleras y el gobierno, por su parte, a aprobar la legislación necesaria para que el ejército insurgente se transformara en un partido político legal y pudiera participar en los comicios generales de 1994.
El cese definitivo de los combates se dio el 1º de febrero de 1992.

Desde la entrada del gobierno del presidente Mauricio Funes, El Salvador ha dado mayor realce para que la fecha histórica del 16 de enero sea celebrada a nivel nacional, lo que antes no ocurría.

“El 16 de enero de 2012 estaremos celebrando el acontecimiento más importante de la historia reciente de nuestro país y, como gobierno, queremos hacerlo recordando que la construcción de la paz en El Salvador es un proceso de todos los días”, sentenció Funes al anunciar los actos de hoy.

En la fecha habrá dos actividades públicas, y en una de ellas, en El Mozote, Funes hará importantes anuncios en materia de derechos humanos.

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