Si bien todavía en Rosario no tiene el furor que desde hace tiempo ya se expresa en otras provincias del país, la veneración a San Expedito no para de crecer. El hecho pudo corroborarse una vez más ayer cuando miles de feligreses desfilaron durante toda la jornada en varios puntos de la ciudad para conmemorar los 1.077 años de la muerte del santo. El acontecimiento tuvo su expresión más multitudinaria en la iglesia de San Cayetano, en Buenos Aires y Riobamba.
“San Expedito es junto con Ceferino Namuncurá, San La Muerte, y el Gauchito Gil, uno de los que más ha crecido desde hace tres o cuatro años a esta parte. Esto lo notamos mucho en la ventas”, relata Alejandra, la dueña de una santería de zona sur, quien en la jornada de ayer dejó a su hija trabajando en el local, llevó gran parte de su mercadería hasta la iglesia y montó un stand que, según ella, “no paró de vender” durante gran parte del día.
Sin lugar a dudas, la voz de los comerciantes suele ser a menudo el mejor termómetro para medir como va mutando la veneración hacia los distintos beatos. Y es en base a esos testimonios que ya no caben dudas de que Expedito “está de moda”.
“Yo tengo un puesto de venta en San Nicolás y la verdad es que si bien la comercialización no es mala este fenómeno no tiene relación todavía con el de la virgen. Pero mal no nos fue hoy igual”, explica Delia, quien, ducha en este tipo de cuestiones, también relató un buen ejemplo de lo que acontece con este nuevo fenómeno: “Hay cosas que te hacen dar cuenta que, obviamente, esta es una devoción reciente. Ayer vino una señora y me preguntó si tenía una imagen del santo más viejo. No sabía que había muerto a los 22 años. La necesidad de creer en algo o alguien llevan a este tipo de situaciones”. A la hora de explicar el origen de la devoción, los testimonios se dividen, aunque igual hay dos que prevalecen sobre el resto. Algunos explican Expedito empezó a multiplicar fieles en la Argentina a partir del impulso que le dio un cura mediático de la provincia de Buenos Aires, mientras que otros los atribuyen el éxito alcanzado a una novela extranjera.
Según la leyenda, San Expedito es el santo de los casos “urgentes”, en los que cualquier demora produciría un gran perjuicio. Así como él no demoró un solo día en hacerse cristiano, tampoco demorará en interceder ante Dios por lo que se le pida. También se lo tiene por patrono de los jóvenes, socorro de los estudiantes, mediador en procesos y juicios, y protector de la familia y de los enfermos. Igualmente, las historias que pudieron escucharse son las renuentes en cualquiera de este tipo de manifestaciones. Eso quedó plasmado en las expresiones vertidas ayer por los feligreses quienes, en líneas generales, se acercaron a pedir y agradecer mayoritariamente por cuestiones vinculadas a salud y trabajo. “Vine a agradecer porque hace una semana, luego de que me echaran de una clínica, encontré empleo en otra”, contó Juana, dando cuenta que, al margen de lo que pueda entregar cada beato, las urgencias son siempre las mismas.