El número de asalariados registrados del sector privado volvió a retroceder en julio, con una baja de 4,9% en la comparación interanual significa que se perdieron 302,5 mil puestos de trabajo respecto a julio del año pasado, y sumó 23 meses de caída, según el informe laboral que dio a conocer este jueves el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (CEU).
En el caso particular de la industria, consignó el trabajo, la caída interanual fue de 2,5% (27.558 puestos), tasa que contrasta con la registrada en otros sectores como construcción (-28,6%) y hoteles y restaurantes (-12,9%), donde las medidas de aislamiento tienen un mayor impacto en la actividad.
«A pesar de las fuertes caídas interanuales del empleo algunas contracciones comenzaron a desacelerarse en términos mensuales y, en algunos casos, a revertirse en el margen», destacó la UIA.
En relación al mes anterior, el empleo asalariado registrado se mantuvo casi sin cambios, con una caída marginal de 0,1% (5.939 puestos), mientras que en la industria aumentó 0,2% (2.582 puestos), en un contexto de recortes en la caída de la actividad de la industria.
Según el CEU, tras la caída récord de 30,2% en la producción de abril, julio reportó una contracción de 2,2% y, en este lento retorno a niveles normales de actividad, siguió primando la heterogeneidad en la industria.
Algunos sectores en crecimiento demandaron más trabajo para compensar los puestos dispensados, unos pocos estuvieron en una situación intermedia, mientras la mayoría continuó con su actividad en niveles bajos.
«Esta situación extendida en el tiempo pone en jaque la sostenibilidad de las empresas, habida cuenta del incremento en los costos que implican las dificultades actuales que genera la rigidez del mercado de trabajo producto de las regulaciones presentes», advirtió.
Según la entidad, las mayores dificultades se reflejan en una menor cantidad de empresas presentando declaraciones juradas (DDJJ) de empleo en el Sipa, situación que no logra romper la tendencia decreciente.
Julio mostró una caída de 4,0% interanual (21.673) en la cantidad de empresas declarantes del orden; y, en el caso de la industria, la variación se mantuvo estable con respecto al mes pasado, con un descenso de 3,9% (1.986) en comparación a julio 2019.
Lo mismo sucede con el uso de suspensiones, que volvieron a ser la principal forma de manejar la dotación de personal: El porcentaje de empresas que aplicó suspensiones en julio disminuyó a 18%; sin embargo, se encuentra en niveles históricamente altos (7% de los trabajadores fueron suspendidos durante el mes).
«La frágil situación laboral en un escenario de nuevas dificultades para las empresas requiere pensar estrategias integrales con incentivos claros que tengan en cuenta no solo la continuidad del empleo, sino también proporcionar incentivos a la generación de trabajo registrado y las necesidades de las empresas para continuar activas en esta delicada coyuntura», concluyó el trabajo.