El Senado de la Nación expulsó este jueves al senador por Entre Ríos Edgardo Kueider, detenido en Paraguay por llevar más de 200.000 dólares en efectivo sin declarar y sobre quien pesa un pedido de detención por parte de la Justicia argentina en una causa anterior por enriquecimiento ilícito.
Kueider fue removido del cargo por 61 votos afirmativos, cinco negativos y una abstención, superando ampliamente los dos tercios necesarios. En tanto, cinco senadores y senadoras estuvieron ausentes en la votación, entre ellos, lógicamente, el propio Kueider.
La votación se encauzó alrededor del pedido de remoción que impulsó el interbloque peronista que lidera el senador José Mayans, de Formosa, una iniciativa que fue resistida hasta la misma mañana de este jueves por integrantes del resto de las bancadas.
Los votos negativos los aportaron cuatro senadores del PRO: Alfredo De Angeli (Entre Ríos), Carmen Álvarez Rivero (Córdoba), Andrea Cristina (Chubut) y Martín Goerling Lara. Los restantes los aportaron el correligionario Maximiliano Abad (Buenos Aires) y Carlos Camau Espínola (Corrientes). La abstención fue de Juan Carlos Romero (Salta).
Contexto Político y reacciones
El ingreso de la solicitud de quitarle los fueros a Kueider por parte de la jueza Sandra Arroyo Salgado minutos antes del inicio de la sesión, que arrancó pasadas las 11.20, pateó el tablero político de la Cámara alta y envalentonó a senadores de los bloques aliados al Gobierno que no estaban de acuerdo con votar la suspensión.
La suspensión de Kueider fue la opción intermedia a la que habían arribado La Libertad Avanza, el PRO y la Unión Cívica Radical (UCR) -ambos partidos con disidencias internas para plegarse a esa iniciativa-, al igual que los bloques denominados federales que, en su mayoría, tienen terminales en gobernadores.
Discursos y posturas en el Senado
Estos espacios resistían el pedido de expulsión de Kueider -alentado oficialmente por el peronismo- a raíz del eventual ingreso en reemplazo de Kueider de Stefanía Cora, la segunda en la lista del Frente de Todos del 2019 por la que ingresó el entrerriano, que es referenciada en La Cámpora.
Uno de los primeros indicios del cambio de postura en los bloques dialoguistas lo dio con un fuerte y claro discurso la senadora del PRO Guadalupe Tagliaferri (Ciudad de Buenos Aires). La legisladora tuvo en todo momento la postura de expulsar a Kueider y era una de las disidentes dentro de su partido, contra el juego del oficialismo y el kirchnerismo.
«Tiene que tener en claro que los dos sectores, desde que esto sucedió, lo que están haciendo es viendo cómo especulan políticamente frente a esta situación», inició Tagliaferri y ejemplificó con el caso de José Alperovich, el senador peronista acusado de violación y licenciado por la Cámara alta años atrás.
«Se rasgan las vestiduras, pero no lo hicieron cuando dejaron a una provincia como fue Tucumán sin representación y fingían demencia», dijo la representante porteña y remató: «Yo tengo convicciones firmes y no como cuando sopla el viento como tienen el kirchnerismo y La Libertad Avanza».
En la misma tónica fue el radicalismo que, el miércoles, en una reunión en el despacho del bloque del Senado, había definido que votaría la suspensión. Insistieron que, como se especificó en el inicio, la acción de Arroyo Salgado borró de un plumazo la opción de suspensión.
Y así lo ratificó en su discurso de cierre el jefe de bloque de la UCR, Eduardo Vischi (Corrientes): «Van pasando los días y la situación se pone muy difícil. Estamos en este recinto hoy, pero la sociedad ya lo condenó y eso media a este Senado. Elementos que tienen que ver con la flagrancia… Hoy no estamos juzgando derecho penal, sino valores y la ética del Senado».
«El reproche es que estamos convencidos es que los hechos que se le atribuyen es la expulsión del Senado. Lamento que no hayamos avanzado en la investigación y poder avanzar en ese proceso», agregó Vischi al lamentarse por no haber activado los mecanismos parlamentarios para estudiar el caso Kueider.
Además, el correntino, alineado con el oficialismo a lo largo de este año en muchísimas votaciones, aprovechó y lanzó dardos al kirchnerismo: «Daña tanto lo que hizo Kueider como la hipocresía de los últimos 20 años que se hace el distraído de la serie de condenamos que tiene por procesos de corrupción».
Efusivo y subido de tono fue el discurso de cierre del senador y jefe del bloque PRO, Luis Juez, que fue uno de los únicos legisladores del grupo de los «dialoguistas» con el gobierno de Javier Milei que se había expresado días atrás sobre el futuro de Kueider. Como Tagliaferri, Juez se inclinó por la expulsión desde el inicio de la novela.
«En la historia de mi vida, 40 años haciendo política, pero siempre he defendido como se defiende el honor. La única sanción que le corresponde es la expulsión», dijo Juez en un efusivo discurso de 10 minutos, en la sesión donde se discute la remoción o expulsión de Kueider.
Según Juez, la discusión sobre Kueider debería unificar a los bloques: «Podemos tener pensamientos distintos, pero hay cosas que no podemos tener una mirada distinta. Pero el acto de Kueider es un acto indecoroso».
«Nos lastima a todos, pensemos como pensemos. No crean que me ha embargado el espíritu navideño, pero quiero decirle que el decoro e indecoro tenemos que tenerlo como básico. Lo de Kueider es indecoroso. Nos ha lastimado y agraviado a todos», añadió.
Las palabras finales por parte del interbloque peronista la tuvo José Mayans (Formosa), su líder, y uno de los impulsores de la sesión especial de hoy. Mayans utilizó declaraciones de Milei sobre supuestas coimas para el voto.
El senador de Unión por la Patria parafraseó al Presidente y apuntó contra el senador detenido en Paraguay: «Milei dijo que hubo coimas acá. Y dijo que hubo coimas en Diputados. Después, cuando sacó la ley, comió un asado porque lo ayudaron con el veto y los nombró héroes»
Sobre el final, Villarruel puso a votación el pedido del bloque libertario para discutir la suspensión del senador peronista Oscar Parrilli (Neuquén) por estar procesado en la causa conocida como Memorándum con Irán, pero fue rechazado por no alcanzar los dos tercios necesarios: cosechó 34 adhesiones afirmativas, 31 rechazos y una abstención.